Matxin estrena su última película

El hotel Villa Pasiega, en Hoznayo (Cantabria), acogió la última película de Matxin. La que más le ha costado. Dijo Billy Wilder que los mejores efectos especiales que había visto eran «las cejas de Cary Grant». Irónico y certero el viejo director. Pero luego, cuando dejaron de hacerse filmes como los suyos, llegaron los nuevos efectos, la tecnología, los ruidos con eco, la era digital. La novedad. Matxin es un director nuevo. De ciclistas, no de largometrajes. Aunque los unió. Durante la presentación del equipo, metió a sus 24 corredores en una pantalla, en un corto cinematográfico filmado en las calles de Santander, y pulsó el botón de 'acción'. A rodar. Fue el primer acto del Footon-Servetto en la temporada 2010. «Queremos seguir dando espectáculo». Que comience. En una escena de 'El viejo y el mar', Spencer Tracy dice: «El hombre no está hecho para la derrota. Puedes destruirle, pero no derrotarle». Un doble caso de dopaje como el que protagonizó el Saunier Duval -antecesor del Footon-Servetto- en el Tour basta para derrumbar a cualquier equipo. Mauro Gianetti y Josean Fernández Matxin, responsables de aquella escuadra, se resistieron a caer. Esquinados por las organizaciones de las grandes vueltas durante dos temporadas, edificaron el Fuji-Servetto y ahora el Footon-Servetto-Ampo-Fuji-Cantabria infinita. El título más largo para el equipo más joven y modesto del UCI Pro Tour. «¿Cómo titularía la película de este nuevo proyecto? Hummm... Orgullo y raza. O algo así como 'nada de rendirse'», esboza Matxin.

En '¿Por quién doblan las campanas?', Gary Cooper sentencia: «Nunca quemes un puente hasta que no hayas pasado por él». Durante 2009, el Fuji penó por el calendario, minado de zancadillas. Tuvo que ganarse en los tribunales su derecho a estar en el Giro y la Vuelta. Y ni así logró evitar el rechazo del Tour. Era un maldito. Apestado. La crisis económica general tampoco ayudó. No es fácil pescar fondos para una nueva película y más si toda la crítica es desfavorable. «Nunca me había costado tanto crear un equipo», reconoce Matxin. Gianetti, la otra voz de la escuadra, dijo durante el acto de presentación que es un proyecto nuevo. Sólo cuatro corredores continúan de la plantilla anterior. Será un largometraje sin estrellas, con una parrilla de actores secundarios. Aunque nuevos. La plantilla tiene 24 años de edad media. Nadie es tan joven en el UCI Pro Tour.

El nuevo Footon-Servetto cambia también de formato: el maillot será de oro negro. Dorado por delante y oscuro por detrás. Cara y cruz. El bien y el mal. Así empezó el cine, manejando la luz y las tinieblas. Y en ambas palmas de la camiseta llevará impresa una huella, la de la firma Footon, especializada en plantillas y otros artículos para evitar los problemas de espalda. La prenda ha sido diseñada por Darío Urzay, el artista que se atrevió a redondear las rayas rojiblancas del Athletic. Arte y ciclismo.

El cine es una fuente de buenas frases. Como la que pronunció Tom Hanks en 'Forrest Gump': «La vida es como una caja de bombones. Nunca sabes lo que te va a tocar». Así, en un envase lleno de sorpresas, está empaquetada la plantilla de este equipo. Plagado de apellidos sin historia, aunque con tiempo de sobra para escribirla: Arkaitz Durán, Eros Capecchi, Rafael Valls, Pedro Merino... Y un portugués veloz, Manuel Cardoso. Atrevido: «Quiero ganarle a Cavendish». Derrotar a las películas de los grandes estudios con un 'corto' hecho casi a mano. A eso se dedicará la nueva compañía de Matxin y Gianetti.

«Juventud e ilusión»

De otra película para el recuerdo, 'Gigante', se puede sacar este breve diálogo. A James Dean le lanzan: «El dinero no lo es todo». Y él, de vida breve y biografía eterna, responde: «No lo es cuando lo tienes». El Footon-Servetto anda con el presupuesto justo, sin un alarde. «Tenemos juventud e ilusión», coinciden Matxin y Gianetti. La licencia Pro Tour les dará acceso a los grandes festivales internaciones: la Vuelta, el Giro y el Tour. De nuevo, París, la gran meta del ciclismo. Eco de otra frase inolvidable de 'Casablanca': «Siempre nos quedará París», consuela Humphrey Bogard a Ingrid Bergman cuando por amor renuncia a ella.

Cine y ciclismo. Juntos ayer en Hoznayo. Antes de que aparecieran los corredores de Matxin, por las pantallas del hotel Villa Pasiega corrieron los protagonistas de un cortometraje confeccionado para la ocasión. Con el actor Pablo Puyol y el piloto Dani Sordo de figuras. Tiros, persecuciones y un botín a conseguir guardado en una caja fuerte. La película se mezcló de repente con la realidad y por las puertas del salón del hotel entraron los actores y, con ellos, los ciclistas. En la caja había una biciclera dorada. De oro. Del Footon-Servetto, el nuevo equipo de Matxin, el director de la película que ayer echó a rodar.