«No podía abrir la tienda en otro lugar que no fuera Cádiz. Era innegociable»

En la chocolatería de García Escámez, 5 no hay dulces abarrotando el mostrador ni olor a cacao enquistado en las paredes . Se trata de un pedazo del universo blanco y negro de Pancracio que sale de la red. El empresario Pedro Álvarez abre su primer establecimiento en Cádiz que servirá como proyecto piloto para nuevas experiencias comerciales. El equipo empieza ahora su aventura a pie de mostrador.

-¿Por qué se ha decidido ahora a abrir una tienda?

-Bueno hasta ahora no nos había preocupado mucho la idea de tener un punto de venta. Hemos desarrollado este proyecto distribuyendo por Internet y a través de pedidos telefónicos. Nos hemos venido centrando en eso y en configurar nuestra marca. Pero surgió la oportunidad de un local justo al lado de las oficinas y vimos que era el momento.

-¿Se podrán adquirir en la tienda todos los productos que ofrecen en su web?

-Sí. Estará toda la oferta a disposición de los clientes. Lo más nuevo que tenemos es una pasta que se llama 'Choconade', de aceitunas negras con chocolate. Es deliciosa para comer con quesos fuertes, con anchoas o embutidos. Realmente sorprendente. Tenemos también un producto muy novedoso, cien por cien gaditano, que son las escamas de sal de Sanlúcar al cacao. Es un sabor muy agradable que se complementa muy bien con patés. Recuerda que el cacao no es dulce.

-Ha hecho de la investigación culinaria su estandarte.

- Tampoco somos tan arriesgados. Con los productos no nos la jugamos. Pasamos meses probando y hasta que no tenemos algo realmente delicioso y espectacular no lo sacamos al mercado. Llevamos dos años probando mermeladas y ahora por fin hemos encontrado dos recetas que nos encantan, pero en la práctica no hacemos investigación propiamente dicha, sólo probamos y apostamos por lo que nos resulta mejor.

-Si no hubiera sido Cádiz. ¿Qué ciudad hubiera elegido para abrir su primer establecimiento?

-No podía ser otro lugar que no fuera Cádiz. Eso era innegociable. Estamos encantados con la acogida, el cariño y el respeto que hemos recibido. Me siento muy agradecido porque a la gente le encanta la marca y lo ve como algo propio, además nosotros somos muy gaditanos y lo llevamos a gala. Mientras yo esté al frente la empresa será cien por cien gaditana.

-¿Y las cocinas gaditanas están preparadas para este concepto de chocolate que propone?

-Cádiz está preparada para todo y cada vez se sorprende menos. Los gaditanos viven la vida con mucha naturalidad. Que viene Tom Cruise, lo ven por la calle y son capaces de de saludarlo con un 'quillo, Tom'. Te dicen las cosas tal como las sienten.

-¿Resulta reconocible el sello de Cádiz en el extranjero o se difumina con el de producto español?

-Nosotros lo ponemos y llevamos a gala ser una empresa gaditana, pero no estamos asociados a un producto de Cádiz, ni siquiera a una denominación de origen española. No encajamos en ese cliché más orientado a lo andaluz, al aceite de oliva, la conserva, son productos más tradicionales.

-Ha maridado el chocolate con sal, con limón, incluso ha hecho pasta alimenticia al cacao. ¿Hay algo con lo que no vaya?

-Yo nunca tomaría chocolate con unas lentejas, pero cada día se ven mezclas rarísimas en cualquier cafetería. Sin ir más lejos, mojar la tostada de paté o de jamón en el café.