Jesús Prera muestra el medicamento, que fue ingerido por su esposa ya fallecida./ L. V.
Jerez

Los creadores de un producto contra el cáncer serán juzgados por estafa

Los supuestos biólogos se sentarán en el banquillo el próximo martes

JEREZ Actualizado: Guardar
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Jugaron presuntamente con la vida de personas enfermas y de todas las familias que depositaron sus esperanzas en un medicamento 'milagroso' que iba a acabar con sus desdichas. Se involucraron en un tema muy serio, pues crearon y comercializaron un supuesto medicamento que curaba patologías terminales como el cáncer o el Sida, vendiendo una panacea nunca vista hasta el momento y por unos precios astronómicos.

Cinco años después de que saltara el escándalo por el caso Acobiomol -así se llamaba el producto-, sus impulsores, Juan Manuel Acosta y Juan Luis Andrade, se sentarán en el banquillo el próximo martes acusados de tres delitos de estafa continuada, intrusismo profesional y contra la salud pública. Junto a ellos, también comparecerán en la Sección Octava de la Audiencia provincial en calidad de imputados la hermana de Andrade y dos médicos a los que se les acusa de colaborar con los supuestos biólogos.

Como ha podido saber este medio, finalmente han sido siete las querellas interpuestas por las personas afectadas, procedentes de diversos puntos de la provincia e incluso de fuera de ella, que esperan que los imputados sean condenados a la pena máxime posible en esta confluencia de delitos, fijada en diez años de cárcel (una condena que también solicitará la Fiscalía).

Cinco años de calvario

Como se recordará, el escándalo saltó a finales de 2004 cuando Jesús Prera, vecino de San Fernando, denunció la venta de un producto que supuestamente curaba las enfermedades terminales y otras dolencias de gravedad. La esposa de Prera padecía cáncer y su estado empeoró significativamente a raíz de la ingesta de este presunto fármaco.

Una vez destapado el primero de los casos, la aparición de nuevas víctimas se fue sucediendo hasta desenmascarar el entramado supuestamente delictivo de Acosta y Andrade, que pasaban consulta en la clínica Costa Oeste de El Puerto ayudados por los dos médicos implicados, así como en otra que abrieron en Jerez. El tratamiento era facilitado a los pacientes por estas personas, por un módico precio que oscilaba entre los 3.000 y los 9.000 euros.

Se da la circunstancia de que el alcalde de El Puerto, Enrique Moresco, acudirá al juicio en calidad de testigo, ya que su esposa fallecida también ingirió el producto aunque el edil optó por no denunciar el asunto. A pesar de ello, según las fuentes consultadas los imputados utilizaron su nombre como gancho para captar a futuros clientes, alabando los resultados obtenidos con el experimento.