El Ayuntamiento acusó ayer al Xerez de pedir demasiado dinero. / ESTEBAN
Deportes

Rosillo desatasca un partido tedioso

El Xerez conquistó el XX Trofeo de la Vendimia al imponerse en la segunda mitad al Mouscron belga, liderado por el jugador canterano

| JEREZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los goles son la salsa del fútbol y a veces se convierten en la única manera de hacer cambiar un espectáculo aburrido para convertirlo en un buen entretenimiento. Algo parecido ocurrió ayer en Chapín. Después de vivir una primera mitad mediocre por las pocas aproximaciones de ambas escuadras, el Xerez le dio sabor al partido con dos goles marca de la casa. Contra todo pronóstico el canterano Rosillo se erigió en el principal artífice para obtener el XX Trofeo de la Vendimia, asistiendo a Antoñito en el primer tanto y culminando el segundo.

A dos semanas vista del comienzo de la Liga, Cuco Ziganda parece decidido a implantar el 1-4-1-4-1 que ha venido utilizando en los cuatro partidos anteriores de la pretemporada. El dibujo azulino presenta dos líneas de cuatro jugadores muy presionante con Vicente Moreno incrustado entre ambas para sacar a relucir sus galones de mando. El valenciano continúa siendo la referencia sobre el terreno de juego de un Deportivo que conserva la base que le llevó al éxito la campaña anterior. A falta de que se incorpore el último refuerzo, David Prieto, la zaga azulina contó ayer con la presencia del canterano Borja que hizo pareja en el eje con Leandro Gioda, acompañados por Francis y Mendoza en las bandas para tapar las llegadas a la meta de Renan.

La medular presentó una única novedad personificada en el ex barcelonista Víctor Sáncez. Había ganas de ver en acción por primera vez al polivalente jugador azulino, que se mostró muy acoplado a lo que el técnico navarro le pidió, presionando en todo momento la salida del balón de los belgas y combinando con criterio y desparpajo con sus compañeros de ataque: Viquiera, Momo, Carlos Calvo y Míchel, que fue la única referencia en la delantera.

El partido careció de ritmo, especialmente en la primera mitad en la que ambos equipos optaron por conservar la posesión del balón en la medular, sin mostrar demasiada peligrosidad en las dos porterías. A priori el conjunto belga que entrena Miroslav Djukic no presentaba una imagen atractiva como rival para los aficionados azulinos que decidieron acercarse a Chapín para ver en acción al Xerez por primera vez en su feudo. La teoría se convirtió en realidad una vez que el conjunto centroeuropeo se posicionó sobre el rectángulo de juego, pues careció de mordiente ofensiva, salvo una por un disparo a puerta desde la frontal izquierda del área de Lespienne, que despejó luciéndose el nuevo cancerbero azulino Renan.

Sin embargo fue sólo un espejismo porque el conjunto de Ziganda cogió el mando del partido para intentar aproximaciones a la meta de Salcedo. Los xerecistas buscaban las bandas con apoyos cortos para sorprender a la zaga belga. Así llegó la primera aproximación del Xerez, que inició Momo por la izquierda y culminó con un cabezazo tras combinar con Viqueira. Corría el minuto veinte y la acción del canario levantó los primeros aplausos de la afición azulina, que presentó una media entrada en las gradas de Chapín.

Otro aire con los cambios

El tedio dominó la primera mitad que llegó a su final dejando un sabor amargo para los seguidores. Sin embargo los numerosos cambios realizados en el descanso dieron otro aire al conjunto azulino que muy pronto comenzó a asediar la meta del cuadro belga. El técnico navarro mantuvo el dibujo inicial pero la entrada de los jugadores de refresco proporcionó más brío al juego. Así, tras un par de intentos infructuosos Antoñito puso la guinda a una gran jugada de Rosillo por la derecha. Fue una combinación entre canteranos. Joaqui se la puso medida a su compañero, que dejó un centro preciso al sevillano en el punto de penalti, donde no suele fallar, para mandar la pelota al fondo de la red, haciendo inútil la estirada de Salcedo. El tanto dio más movilidad al choque, pues los belgas despertaron del letargo para intentar inquietar la meta de Chema.

Un cuarto de hora más tarde llegó el segundo de la noche que nació tras un saque de esquina botado por Armenteros. El meta Salcedo rechazó el balón en un primer momento, cuando Antoñito estaba dispuesto a rematar en boca de gol, pero su rechace lo aprovechó Rosillo para perforar la meta con un potente disparo.