La cantante sigue bebiendo más de lo recomendable. / E. C.
Sociedad

Amy no se puede bañar

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Hay cosas que sólo le pueden pasar a Amy Winehouse. Lo último de la cantante británica es que le han prohibido bañarse en las piscinas del resort de lujo en el que reside desde el pasado diciembre, situado en la isla caribeña de Santa Lucía. ¿El motivo? Que, como la buena mujer bebe más de la cuenta, los responsables del complejo hotelero temen que se ahogue si le da por remojarse en plena trompa. Según las habituales fuentes anónimas pero estupendamente informadas del tabloide The Sun, la diva del nuevo soul ha aparecido durmiendo la mona en los rincones más inverosímiles del resort. Y no una, sino varias veces. Lo que no deja de ser llamativo si se tiene en cuenta que, en teoría, el retiro de Amy forma parte de un programa de desintoxicación. Se ve que el proceso no afecta a la ingesta continua y en grandes cantidades de ron y vino tinto, sus bebidas favoritas y que ha llegado a gorronear a los demás huéspedes.