Militares hondureños custodian la base de la fuerza aérea a la que llegó el presidente del país, Manuel Zelaya, acompañado de varios seguidores. / Efe
tranquilidad en las calles

La OEA y la ONU se reúnen para estudiar la crisis política provocada por la reforma constitucional en Honduras

El Parlamento crea una Comisión para investigar la iniciativa del presidente Zelaya

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El embajador de Honduras, Carlos Sosa, ha solicitado la "asistencia" de la OEA en la crisis política que vive actualmente su país porque considera que están en riesgo las instituciones democráticas y el ejercicio legítimo del poder. En una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), convocada a petición de Honduras para evaluar la delicada situación, el embajador dice que el Gobierno tiene "motivos para creer que la institucionalidad democrática y el ejercicio legítimo del poder están en riesgo y están amenazados".

Mientras, en Nueva York el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunirá para evaluar esta crisis que, según el mandatario de ese país, Manuel Zelaya, ha sido provocada porque la oposición está "conjurando" un golpe de Estado. La viceministra de Asuntos Exteriores de Honduras, Beatriz Valle, no ha dado más detalles sobre el encuentro que sostendrán los representantes de la ONU ni tampoco ha explicado si alguna autoridad hondureña estará presente para defender la política del actual Gobierno.

El presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D'Escoto, ya había condenado "de forma clara y contundente el intento de golpe de Estado" que supuestamente se está gestando en Honduras "contra el Gobierno democráticamente electo" de Zelaya y lamenta el posible retorno de "esos días horrorosos de los golpes y demás interrupciones del orden democrático" en Centroamérica.

Reforma constitucional

Por su parte, el embajador de Honduras ante la OEA, Carlos Sosa, será el encargado de informar este viernes al Consejo Permanente sobre la política actual del Gobierno de Zelaya y su intención de reformar la Constitución en una consulta popular que podría realizarse el próximo domingo, pese a la fuerte oposición del Congreso y de las fuerzas militares.

El referéndum del domingo no será vinculante porque únicamente se preguntará a la población si está de acuerdo o no en reformar la Carta Magna para adaptarla "a la realidad nacional", proyecto que ha sido impulsado desde el mes de marzo por Zelaya, quien además defiende la posibilidad de establecer en el país la reelección indefinida del mandato presidencial.

Los opositores al referéndum acusan a Zelaya de querer perpetuarse en el poder siguiendo los pasos de su aliado, el presidente venezolano, Hugo Chávez. Venezuela, Ecuador y Nicaragua expresaron el ayer su apoyo a Zelaya, quien por la tarde, acompañado por varios simpatizantes, entró en la base aérea Hernán Acosta Mejía, al sur de la capital, donde retiró material electoral para la consulta después de que el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Romeo Vásquez, se negara a repartir las papeletas y las urnas, lo que provocó que el presidente hondureño lo destituyera.