ENTRETENIMIENTO. El módulo de turismo náutico en una actividad con piraguas. / C. C.
SAN FERNANDO

El mar como lugar de trabajo

Unos 45 jóvenes se preparan para desarrollar una actividad relacionada con el sector náutico Las especialidades se centran en la multiaventura turística y la reparación de embarcaciones

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Aunque San Fernando se trate de una ciudad con amplia relación con el mar, su explotación como recurso económico y lúdico ha pasado desapercibido para los isleños. Una situación que se está modificando lentamente y cuyos progresos tienen como referencia al Puerto Deportivo de Gallineras.

Pero, la mejor muestra de la apuesta municipal por el desarrollo de la localidad a través del mar se encuentra en unas pequeñas naves situadas en el antiguo economato de Bazán y que cobijan al Taller de Empleo Puente de Hierro, con una iniciativa pionera en la provincia y basada en la dinamización del sector náutico turístico y deportivo en la ciudad mediante la formación de jóvenes en especialidades de este ámbito, capaces de asumir tareas que van desde el mantenimiento y reparación de pequeñas embarcaciones, hasta la confección de elementos pasando por el manejo de embarcaciones de vela y motor. Un total de 45 personas, entre las que el 70% son mujeres, finalizarán en enero su formación, que se ha articulado en torno a tres ámbitos de actuación diferentes pero con un desarrollo contiguo y que abarcan especialidades como el Turismo Náutico, Mecánica de vehículos ligeros y motores marinos y Confección de objetos de poliéster y fibra.

La práctica como saber

Juan Manuel Blanco y Rafael Hernández son los monitores del módulo de turismo náutico, enfocado a que los alumnos sean capaces de defenderse en el manejo y la enseñanza de distintos tipos de embarcaciones. Rafael destaca que «San Fernando está creciendo con respecto a la creación de actividades en el mar y es necesario que haya gente preparada para aprovechar la explotación sostenida de este recurso; de nada sirve lo que ocurre en el resto de la provincia, es decir, que existan unas infraestructuras adecuadas para el desarrollo del turismo náutico, pero que vengan empresas de fuera para explotar tales instalaciones. Este es el verdadero sentido del taller».

Los dos monitores tienen claro que la mejor forma de enseñar a sus alumnos es a través de la práctica y por ello han realizado diferentes actividades enfocadas a que aprendan a manejar a grupos de personas con embarcaciones en el medio natural.

Como explica Juan Manuel, se trata de que los alumnos sepan «desenvolverse en situaciones reales y así por ejemplo tuvieron que planificar y luego controlar una actividad con piraguas para el grupo de materiales compuestos».

Un módulo que también ha realizado grandes avances a lo largo del año y que tiene como monitor a Juan Ramón Montiel, que destaca la necesidad «de que se creen escuelas de vela, que haya un compromiso verdadero con el proyecto y de este modo los alumnos tengan una salida». Esos alumnos que ya han fabricado su primera canoa (llamada Isla) con fibra de vidrio y que se han especializado en reparaciones. En el caso de otra especialidad, la de mecánica de vehículos ligeros y motores marinos, se está formando a jóvenes especializados en el conocimiento, reparación y puesta a punto de motores náuticos. Los trabajos están en exposición para las empresas interesadas y ya han creado 15 proyectos en distintas modalidades.