Los estudiantes vuelven a clamar contra la reforma universitaria

«Queremos becas, no hipotecas». Ése fue uno de los lemas que salieron ayer de las gargantas de los más de 500 estudiantes de Enseñanza Secundaria Secundaria, Formación Profesional y Universidad de toda la provincia que se dieron cita en Jerez para volver a mostrar su rechazo al Espacio Europeo de Educación Superior, el llamado Plan de Bolonia, que promueve «la capitalización de la educación», según criticó ayer el portavoz del Sindicato de Estudiantes, David Atienza.

Los alumnos se manifestaron por el futuro de una educación pública de calidad después de la protesta del pasado día 22 de octubre que reunió a miles de estudiantes de toda la provincia con el mismo objetivo: «Evitar la capitalización de la enseñanza y rechazar un proyecto que supone una contrarreforma de la educación», insistió Atienza, quien también dejó claro que «la crisis no debe perjudicar a las instituciones educativas, no tenemos por qué pagarla los que no la hemos provocado».

Esa idea es la que presidió ayer la manifestación cuya cabecera fue ocupada por una pancarta que rezaba En defensa de la educación pública. Que la crisis la paguen los capitalistas y que echó a andar en la plaza del Arenal poco después de las 12 horas para recorrer luego la calle Larga, la Alameda Cristina y la avenida Álvaro Domecq hasta alcanzar la plaza del Caballo, en la que la organización convocante, el Sindicato de Estudiantes, se dirigió a los asistentes y también dio la palabra a otras que se han implicado en la protesta como la CNT.

Durante ese recorrido, los centenares de estudiantes lanzaron críticas para el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero también para el principal partido de la oposición, el PP, y lamentaron que además de la implantación del Plan de Bolonia que supondrá la pérdida de muchas titulaciones, sobre todo las más minoritarias, también vayan a encarecerse los masters y se vaya a producir la puesta en marcha de unos préstamos-renta para poder costearlos. De ahí que otro de los gritos que más sonaron ayer en Jerez fuera el de «No a los bancos en la Universidad».

También hubo pitadas, muchas pancartas, algún que otro petardo e incluso banderas tricolor de la II República.

Atienza, quien hizo una valoración muy positiva de la marcha que «ha sido un poco más minoritaria que la del día 22 porque había actos paralelos en toda la provincia», insistió en que «hay que cerrar la puerta a la gestión privada de la Universidad y a la creación del Espacio Europeo de Educación Superior que trata de elitizar la universidad en contra de los hijos de los trabajadores».

El portavoz del Sindicato de Estudiantes también instó a CC OO y UGT a que se impliquen en esta lucha con «la convocatoria de una huelga general, ya que no sólo está en peligro la educación, sino todos los servicios públicos». Atienza puso como ejemplo la jornada de paro general que se celebró ayer en la comunidad catalana, donde los sindicatos arroparon la convocatoria de protesta de los estudiantes y propiciaron un seguimiento masivo.

No en vano, las movilizaciones que estaban convocadas sacaron ayer de las aulas a miles de alumnos en toda España. En Andalucía, la consigna del No a Bolonia el Espacio Europeo de Educación Superior se coreó en Córdoba, Granada, Huelva, Málaga y Sevilla, además de en las tres ciudades gaditanas (además de Jerez hubo actos en Cádiz y Algeciras).

En Sevilla las movilizaciones comenzaron antes de la hora señalada, pues a las 11.45 horas ya eran cientos los jóvenes que abarrotaban la puerta principal del Rectorado de la Universidad de Sevilla en la calle San Fernando, donde los estudiantes y universitarios colgaron pancartas reivindicativas e interrumpieron el servicio del tranvía bajo la vigilancia de la Policía Nacional. En total, secundaron la protesta unos 4.000.

En Granada, la manifestación partió de los jardines del Triunfo y culminó en la Fuente de las Batallas congregando a «casi 3.000 personas». En Huelva, siempre según el Sindicato, la manifestación se celebró en la plaza de las Monjas y congregó a entre 500 y mil personas.

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