EL PUERTO

Prisiones rinde homenaje al doctor Suar Muro, asesinado por ETA hace 25 años

Fue la primera víctima de los terroristas en Andalucía

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Prisiones rinde hoy homenaje a Jorge Alfredo Suar Muro, la primera víctima de la banda terrorista ETA en Andalucía. Era argentino, como su esposa María Teresa, y habían emigrado a España unos años antes. Tenían dos hijos de 6 y 8 años en el momento del asesinato.

Puerto I conmemorará la fecha del veinticinco aniversario de su muerte con una ofrenda floral en el monolito que fue instalado hace años a la entrada de este Penal de El Puerto. Al acto está previsto que asistan su viuda y sus dos hijos. También ha confirmado su asistencia la antes directora general, hoy llamada secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.

El alcalde de El Puerto, Enrique Moresco, confirmó también a finales de semana pasada que asistirá al homenaje en representación del equipo de Gobierno. Hay que recordar que 17 años después de su muerte el Ayuntamiento le dedicó una calle. Asimismo, el Gobierno central le concedió la Cruz al Mérito Civil a título póstumo

ETA reclamó la autoría

El doctor apareció muerto dentro de su coche en las proximidades de la residencia sanitaria Fernando Zamacola, de El Puerto de Santa María con un tiro en la nuca y otro en la sien. Era médico de la prisión de Puerto Uno y había recibido presiones para trasladar a un recluso. Tenía 36 años cuando fue asesinado. En un primer momento los hechos fueron atribuidos a delincuentes habituales, por su trabajo en el Penal. Pero finalmente ETA reivindicó el atentado en el periódico Egin, junto al de otro guardia civil muerto en Extremadura.

Su viuda se enteró de que había sido ETA cuando un funcionario fue a su casa para comunicarle que las investigaciones estaban cerradas y que la autoría del asesinato recaía en la banda terrorista. A pesar de ello, su viuda siempre dejó claro que no iba a «vivir en el rencor» porque consideraba que no servía de nada.

Su hija, María Ana Suar sigue la misma directriz de su madre y asegura no querer vivir en el rencor ni transmitir a sus hijos sentimiento de odio. De hecho, ante la pregunta de sus hijos de por qué no tiene padre, ella siempre les ha dicho que «tuvo que irse al cielo para cuidar de los niños que lo necesitaban allí».

María Ana Suar se lamenta profundamente de que «después de 25 años nada haya cambiado en España y ETA siga dejando a mujeres viudas y a niños huérfanos». Del mismo modo que su madre, piensa que «al Gobierno se le ha ido ETA de las manos», pero no pierde la esperanza y espera que con el paso del tiempo «cuando mis hijas alcancen la madurez sea capaz de ofrecer otras respuestas y poderles decir que su abuelo murió por su país de adopción y de corazón, que fue un valiente, fiel a sus creencias, y que gracias a él y a muchos más viven en España, un país libre».