ARTISTA. Rafael Virués de Segovia en su estudio posando con uno de sus cuadros. / JUAN CARLOS CORCHADO
Jerez

El arte de la sencillez

Rafael Virués de Segovia pintará el cartel oficial de la Semana Santa de 2009 con la intención de «agradar al cofrade por encima de todo» Es un afamado cartelista y creativo procedente de las Artes Gráficas

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Hay personas que nada más saludarlas, uno comprende que son buena gente, que van por la vida con la sencillez por bandera y con la clara intención de dejar buen sabor de boca con su actitud, trabajo y entusiasmo. Un claro ejemplo de esto es el cartelista oficial de la Semana Santa de 2009, que atendió a LA VOZ en su propia casa y se mostró encantado de explicar sus sensaciones unos días después de conocer su designación como pintor oficial del Consejo de Manuel Muñoz Natera.

«Quiero estar ajeno a las polémicas. Espero que me comprendan, y que ningún cofrade se enfade si el cartel es de una imagen o de otra. Ojalá consiga que en el cartel se vea reflejado todo el mundo, de verdad que sólo aspiro a que guste». Con esta humildad el pintor jerezano nacido en 1932 exponía las primeras impresiones que ha tenido tiempo de digerir en estos días, que reconoce que han sido muy especiales en su casa. «¿Me han pedido ya muchísimos carteles, y yo le respondo a todo el mundo que ni siquiera tengo una idea preconcebida en la cabeza! Sé lo que quiero, y mi cartel no será una imagen en concreto, un primer plano bien dibujado. Soy cartelista, y quiero coger los elementos que diferencian a la Semana Santa y ponerlos en primer plano para que todo el mundo se sienta identificado con la obra pictórica».

Por tanto, ya se sabe que la intención de Virués de Segovia será buscar una estampa cofrade, un momento intimista de uno de los recorridos de nuestras cofradías, aunque como él mismo reconoce «aún no he presentado un boceto, de hecho, ni siquiera lo he empezado. Tengo en mente comenzar bien pronto, porque esto tiene que estar listo para noviembre, y el tiempo apremia».

Curiosa fue la manera en que se enteró de su nombramiento. Aunque tenía claro que a un ofrecimiento así no se le puede decir que no, realmente el artista se enteró casi a la par que los periodistas y hermanos mayores que asistieron a la presentación del cartel y la imagen que presidiría el Vía Crucis. «Hace ya tiempo, Muñoz Natera vio un cuadro mío que me quiso comprar, una estampa de un crucificado con Jerez al fondo que le gustó, pero era un encargo del padre Teodoro. Desde entonces, no he tenido más contacto con él, hasta que hace un par de días me llamó para decirme que tenía una sorpresa para mí en el Consejo». El artista reconoce que asistió a la reunión con la curiosidad propia del momento, aunque se intúia que podía ser el cartel porque «tengo más de veinte primeros premios de carteles a todos los niveles y de todos las temáticas posibles, desde el carnaval hasta la Fiesta Nacional».

Durante gran parte de este encuentro, el autor explicó su trazo realista mostrándonos multitud de recortes que tiene guardados con esmero, y que reflejan un realismo y perfección en el trazo muy del gusto del cofrade jerezano. Autor de numerosas etiquetas de vinos de la tierra, sonríe cuando recuerda cómo tuvo que diseñar para la bodega Pedro Domecq una etiqueta de un fino especial por la boda de Rocío Jurado y Pedro Carrasco, o la minuciosidad y esmero con que dibujó cada letra que acompaña el cartel con el que ganó el concurso de cartelería taurina de la plaza de Toros del Puerto de Santa María.

Todo con la nostalgia de quien sabe que su trabajo se está perdiendo gracias a los ordenadores y a esa profesión tan al alza que son los diseñadores gráficos, «que son también unos grandes profesionales. Yo en realidad es que me quito el sombrero con la gente trabajadora, con las personas que sin descanso luchan por el día a día. Igual que espero con ilusión el reportaje que tú estás elaborando, que es arte también. Todo lo que sea creatividad es sinónimo de arte, y yo ante eso, siempre presentaré mis respetos».

Un buen hombre, y un gran artista con un destacado currículum, que en el momento más tranquilo de su carrera tendrá a su cargo el que califica sin tapujos como el «encargo más importante de mi vida. Ojalá sirva para que no me olviden, y para que me conozcan. Ojalá todos disfruten como lo estoy haciendo yo desde que acepté el trabajo».