«Me llevé broncas por no pegar un pelotazo y sacar el balón jugado»

-¿Cómo recuerda sus años en el Xerez como jugador?

-Maravillosos. Una época muy importante. Hacía lo que me gustaba, divertirme jugando al fútbol sin ninguna pretensión de nada hasta que llegas a la primera plantilla, que te lo tomas a nivel profesional y te diviertes un poco menos.

-¿Qué momento más importante ha vivido en el Xerez?

-El ascenso a Segunda A fue muy importante, pero el mejor año que yo tuve es el que nos quedamos a un gol de meternos en la liguilla de ascenso, cuando llegó Manolo Cardo a mitad de temporada.

-¿Cómo fue su etapa como jugador del Sevilla?

-Si te digo la verdad, al principio dije que no. Eso no lo sabe nadie. Lo que pasa es que algunas llamadas de la familia me hicieron recapacitar. Al final, me salió bien. Al Xerez le tengo que agradecer, pero el Sevilla me ha resuelto la vida. Es lo que sueña un futbolista. Tuve la mala suerte de que, cuando ascendimos a Primera, me lesioné.

¿La lesión ha marcado su vida?

-La lesión me cortó jugar en Primera con 27 años cuando mejor se supone que tiene que estar un futbolista. Se sufre. Tardé dos años en poder ver un partido de fútbol, porque estás mosqueado con el fútbol. Pero luego recapacitas y te das cuenta de que el fútbol te lo ha dado prácticamente todo.

-¿En qué posición se sentía más a gusto?

-A mí me gustaba jugar atrás. Cuando tenía que ver el fútbol de espalda, me costaba. De cara me gustaba más. Era mi posición natural. A mí me gustaba jugar más en la defensa que en el centro del campo.

-¿Cómo ha ido la temporada?

-Bien. Nos costó hacer el equipo, porque no había nada del año anterior. Había que buscar, se hicieron unos partidos de prueba y de ahí se sacó el equipo a duras penas, porque todo lo bueno se lo lleva Cádiz, Betis y Sevilla. A mitad de la primera vuelta ya habíamos salvado la categoría. El año ha sido positivo.