EL COLE. El centro es un punto de referencia para los alumnos y para todos los vecinos. / J. C. CORCHADO
Jerez

El colegio de La Ina, galardonado a nivel nacional por enseñar a convivir

El Ministerio de Educación ha reconocido la labor del centro escolar jerezano con el segundo Premio Nacional de Buenas Prácticas de Convivencia La directora viajará a Madrid el próximo mes de enero para recoger el galardón

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El Ministerio de Educación y Ciencia acaba de reconocer la labor pedagógica del colegio de La Ina y le ha concedido el segundo Premio Nacional de Buenas Prácticas de Convivencia, que avala los 16 años de trabajo intenso de los profesores y también, por supuesto, de los alumnos que han pasado por estas aulas. Es la segunda vez que el centro concurre a este galardón que se convoca en junio y que se ha fallado hace pocos días.

«Desarrollamos muchos planes y muchas actividades a lo largo de todo el curso», explica orgulloso el jefe de estudios del centro y uno de los impulsores de esta faceta educativa, Antonio Granados. El maestro Toni, como le conocen pequeños y mayores en la barriada, apunta que «hemos recopilado todo el material que tenemos para presentarnos y hemos ido pasando fases hasta llegar a a final».

«Trabajamos la educación en valores, contamos desde hace cinco años con alumnos ayudantes, ofrecemos formación a las familias sobre la educación de los hijos y luchamos contra el absentismo escolar», recuerda Granados. Con respecto a esto último, el profesor -que fue homenajeado recientemente por sus vecinos y una plaza de la barriada lleva su nombre- explica que «cuando un alumno falta a clase durante ocho o nueve días vamos a su casa directamente a preguntar qué ocurre».

Otro de los programas que desarrollan en este colegio al que asisten 120 niños de Primaria es el de Competencia Social: «Se trata de desarrollar lo necesario para convivir: autocontrol, observación de uno mismo, expresión de las emociones como la tristeza o la rabia o cómo desarrollar el pensamiento causal, es decir, que sean conscientes de que lo que hacen tiene consecuencias».

Pero todas estas iniciativas no están dirigidas solamente a los alumnos, sino que el colegio de La Ina tiene también muy en cuenta a los mismos profesores: «Es un centro alejado del casco urbano y cada año tenemos seis o siete profesores nuevos. El primer día de trabajo del mes de septiembre lo dedicamos a un Plan de Acogida del Profesorado y trabajamos sobre textos de Miguel Ángel Santos Guerra (doctor en Ciencias de la Educación y merecedor de numerosos premios por sus estudios de investigación) sobre aprendizaje cooperativo y sobre la importancia de que el profesorado vea de forma positiva la educación».

Entregados

El maestro Toni tiene muy claro su misión en este centro escolar situado en una barriada rural de Jerez: «Estamos en una de las zonas más deprimidas socioculturalmente de la provincia de Cádiz. En este colegio hay pocos niños -alrededor de 120- y los conocemos bien. Sabemos que viven en El Mojo, la Cañada del León o Rajamancera, y todo lo que podemos ofrecerles se lo damos».

De esta forma, el colegio es más que un centro educativo y se ha convertido en un punto de referencia para esta barriada rural y sus alrededores: «El centro está abierto desde primeras horas de la mañana hasta las ocho de la tarde, somos centro TIC (adaptado a las nuevas tecnologías), tenemos Internet Rural, trabajamos la coeducación y otros aspectos importantes como la interdependencia positiva, es decir, la colaboración entre las personas frente a la dependencia».

Por poner sólo un ejemplo, el pasado miércoles, los alumnos del colegio de La Ina se dedicaron a celebrar el Día de la Constitución y «este año hemos reivindicado la figura de Clara Campoamor y la importancia del voto. Para ello, los alumnos han votado cómo quieren un equipo de fútbol en el colegio».

Más de un centenar de centros de toda España se ha presentado a este mismo concurso nacional, que se ha sumado ya a una larga nómina de reconocimientos al colegio de La Ina por parte de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. La concesión de este segundo Premio Nacional de Buenas Prácticas de Convivencia supone, además del respaldo, algo de dinero extra: «Es una buena manera de localizar recursos. Los 6.500 euros nos permiten otras posibilidades», asegura Antonio Granados.

vmontero@lavozdigital.es