Aviones de EgyptAir en a pista del aeropuerto internacional de El Cairo
Aviones de EgyptAir en a pista del aeropuerto internacional de El Cairo - AFP

Vuelo MS804, el último golpe a la cuestionada aviación egipcia

El Cairo no logra apartar el fantasma de la inseguridad, pese al aumento de los controles aeroportuarios, tras el derribo del chárter ruso en la península del Sinaí el pasado octubre

Corresponsal en El Cairo Actualizado: Guardar
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El destino del vuelo MS804 de EgyptAir, estrellado contra las aguas del Mediterráneo a 280 kilómetros de la costa egipcia, es sólo el último ejemplo de un año que está resultando catastrófico para la aviación egipcia que, pese a sus desesperados intentos, no logra apartar los fantasmas de la inseguridad. Las últimas hipótesis apuntan a un atentado terrorista apenas medio año después de la explosión en pleno vuelo de otro avión, que causó la muerte de 224 personas, la mayoría turistas rusos que veraneaban en la costa del Mar Rojo, y tan sólo dos meses después de que un enajenado secuestrara una aeronave con más de 60 pasajeros.

Si bien en este último caso la tripulación a bordo actuó en todo momento con profesionalidad y calma, pese a que alguna azafata tuvo que contener las lágrimas, la facilidad con la que un perturbado mental logró secuestrar bajo amenaza de hacer estallar un avión en pleno siglo XXI volvió a levantar todas las preguntas sobre la seguridad de los aeropuertos egipcios, que todavía estaban peleando por reanudar trayectos cancelados tras el atentado contra el 7K9268 ruso en octubre.

Egipto ha sido asesorado por expertos en seguridad aeroportuaria rusos y británicos

Entonces Egipto recibió numerosas delegaciones de expertos en seguridad aeroportuaria tanto británicos como rusos y, efectivamente, los controles de seguridad aumentaron con nuevos chequeos e incluso escáneres privados para determinadas aerolíneas, más allá del preliminar de la entrada del aeropuerto.

Egipto se ha visto forzado a estos nuevos controles que afectan al turismo, una de las principales industrias de la malograda economía egipcia. El atentado contra el vuelo 7K9268 ruso provocó el desplome de las reservas turísticas en los primeros meses de 2016, generando pérdidas millonarias.

El MS804 despegó poco antes de la medianoche del miércoles del aeropuerto Charles de Gaulle de París con destino a El Cairo. «Seguridad al 100% es imposible», coinciden los expertos tanto estadounidenses como españoles consultados por ABC. Sin embargo, los controles de maletas que terminan en la bodega son «muy seguros», señala el experto en seguridad aeroportuaria español José Sanz.

Controles exhaustivos en Francia

Los controles en los aeropuertos franceses son más exhaustivos de lo normal, ya que Francia se sabe objetivo del terrorismo yihadista y en medio del Estado de Emergencia declarado por el presidente François Hollande tras los atentados de París a finales del año pasado.

Si se siguen las últimas hipótesis de que se trata de un atentado terrorista, señaladas por Rusia y que el Ministerio de Aviación egipcio admitió el miércoles que está barajando, los terroristas habrían logrado burlar dichos controles o, como apuntan otras voces, contarían con ayuda interna. Un modus operandi similar al que se apuntó tras la caída del 7K9268 sobre el Sinaí, cuando la agencia Reuters tuvo acceso a un vídeo de seguridad del aeropuerto de Sharm el-Sheij, donde se podía apreciar cómo un miembro del personal del aeropuerto dejaba un paquete en el avión, pudiendo tratarse de la bomba que, al explotar, se cobró las vidas de 224 personas. Esta información, sin embargo, fue enérgicamente negada por el Gobierno egipcio.

Prevención

«Sabemos que hay personas trabajando en áreas restringidas de los aeropuertos con simpatías extremistas», señaló entonces Philip Baum, editor de la revista «Aviation Security International». «El control del personal aeroportuario, a veces con acciones que ahora consideraríamos ilegales, es donde más van a aumentar las medidas de seguridad», asevera Sanz al respecto.

Además de verificar sus antecedentes criminales, otra medida para controlar a los trabajadores del aeropuerto será, según menciona Baum, «vigilar las comunicaciones en las redes sociales». «Aunque parece una invasión de la privacidad, no hacerlo podría causar mayores catástrofes en el futuro que podrían haber sido prevenidas».

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