Ciudadanos de Kiev depositan flores en recuerdo a las víctimas de la tragedia
Ciudadanos de Kiev depositan flores en recuerdo a las víctimas de la tragedia - EFE

Ucrania recuerda a las víctimas de Chernobil

Treinta años después del peor accidente nuclear de la historia, el país celebra actos en diferentes puntos del país.

Madrid Actualizado: Guardar
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Ucrania ha celebrado hoy actos en recuerdo de las víctimas de la central nuclear de Chernobil, cuando se cumplen 30 años del peor accidente nuclear de la historia. Las sirenas han sonado a la misma hora a la que en la mañana del 26 de abril de 1986 explotó uno de los reactores de la central.

Familiares y amigos de las víctimas de la tragedia han llevado a cabo vigilias en iglesias de diferentes ciudades del país, entre ellas la capital, Kiev, y Slavutich, la ciudad que se levantó para realojar a los trabajadores que vivían en las tierras cercanas a la central, a las que algunos residentes decidieron regresar ignorando las restricciones y alertas de las autoridades.

Zoya Perevozchenko, de 66 años, vivía en Prípiat, la ciudad aledaña a la central, abandonada desde que fue evacuada 48 horas después del accidente.

Dijo a Reuters que «hoy apenas puedo encontrar mi apartamento. Hoy es un bosque con árboles que crecen entre el pavimento y en los tejados de los edificios. Todas las habitaciones están vacías, no quedan cristales y todo está destruido».

Todavía hoy persisten los efectos de la radiación. Una organización benéfica local llamada Puentes a Bielorrusia ha denunciado que un número de bebés nacidos en cerca de la frontera con Ucrania vienen al mundo con severas malformaciones y que se da un porcentaje inusualmente elevado de raros tipos de cáncer entre la población local.

Debate sobre las víctimas

El número de víctimas exactas de Chernobil sigue siendo objeto de debate. Un informe publicado en el año 2005 con el aval de Naciones Unidas concluyó que menos de 50 personas murieron a causa de la exposición directa a la radiación, la mayoría de ellos trabajadores de los que fueron enviados a servir en el operativo de emergencia que se activó justo después de la explosión del reactor, los conocidos como «liquidadores». Esa cifra se eleva hasta los 9.000 muertos cuando se trata de las personas que sufrieron los efectos de la contaminación a medio plazo. Greenpeace cree que habrían sido 93.000.

Las instalaciones de la planta de Chernobil siguen siendo un problema de difícil gestión, una legado problemático y peligroso. La central lleva años cerrada, pero los trabajos para renovar el sarcófago de 25.000 toneladas que asegura que el material radiactivo que todavía almacena queda para siempre confinado continúan. Asimismo, está pendiente la construcción de un almacén de residuos en el sitio, el que debería ser el cementerio definitivo de una carga que ya fue mortífera una vez. Se trata de evitar que vuelva a serlo. Donantes de todo el mundo se comprometieron el pasado lunes a aportar 87 millones de euros para costearlo. Ucrania deberá poner diez millones más. Los expertos temen que si no se ejecutan estas obras, elementos del viejo reactor podrían colapsar y volver a lanzar elementos radiactivos a la atmósfera.

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