Un niño se encarama a la valla del centro de refugiados de Nizip el pasado mes de abril en Gaziantep, Turquía
Un niño se encarama a la valla del centro de refugiados de Nizip el pasado mes de abril en Gaziantep, Turquía - REUTERS

Turquía exige a la UE la exención de visado en octubre

El Gobierno de Anakara amenaza con anular el acuerdo sobre refugiados si no se acepta su propuesta

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La tensión y los roces diplomáticos entre Turquía y los países europeos no dejan de aumentar desde el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio. Diversos estados de la UE–con Austria en cabeza– han mostrado su «preocupación» por la masiva purga puesta en marcha por las autoridades turcas, al mismo tiempo que Ankara acusa a los socios europeos de no defender decididamente al Gobierno elegido democráticamente por los turcos hace menos de un año. Una situación en la que el pacto firmado entre las dos partes para reducir la llegada de inmigrantes y refugiados a las costas europeas pende de un hilo.

El ministro de Exteriores, Mevlut Çavusoglu, señaló ayer que este acuerdo quedará anulado si en octubre la UE no concede libertad de entrada a los ciudadanos turcos y retira su actual exigencia de visado.

En una entrevista con el diario alemán Bild, al ser preguntado sobre si cree que cientos de miles de refugiados en Turquía emprenderán camino hacia Europa si Bruselas no retira la exigencia de visado a los turcos a partir de octubre, Çavusoglu responde: «No me quiero poner en el peor de los casos; las negociaciones continúan con la UE, pero está claro que o aplicamos todos los tratados al mismo tiempo o los dejamos todos a un lado».

El pasado 20 de marzo entró en vigor este polémico pacto entre la Unión Europea y Turquía, criticado por numerosas ONG. Según el pacto acordado, todas las personas que llegan de forma irregular a Grecia son devueltas al país euroasiático. Desde aquel acuerdo, el número de llegadas de refugiados a las costas helenas ha descendido significativamente y la principal ruta de emigración se ha trasladado al Mediterráneo central.

Ankara aceptó recibir a todos los refugiados a cambio de considerables ayudas económicas, de impulsar el proceso de adhesión de Turquía en la Unión y de poner fin a la obligación de los turcos de viajar a Europa con visado. No obstante, las discrepancias sobre la ley antiterrorista están retrasando este último punto. Bruselas quiere que Ankara suavice esa norma, pero desde Turquía apuntan a las numerosas amenazas que el país afronta para negarse a hacerlo.

Ultimátum

Además, esta no es la primera vez que desde Turquía se recurre al ultimátum. «La UE no se está comportando de manera sincera con Turquía», aseguró la semana pasada el presidente Recep Tayyip Erdogan al rotativo francés Le Monde. Y añadió: «Si nuestras peticiones no son satisfechas, las readmisiones (desde Grecia) no serán posibles». En esta ocasión, sin embargo, Ankara ha puesto una fecha muy concreta a sus exigencias.

Hace dos días Ankara convocó al encargado de negocios de Austria para pedir explicaciones por la «información indecente» sobre Turquía en un distribuidor de noticias en el aeropuerto de Viena. «Turquía permite el sexo con niños menores de 15 años», rezaba uno de los titulares. Ayer Ankara también protestó formalmente por un tuit de la ministra sueca de Exteriores, Margot Wallstrom, que hacía alusión a este mismo asunto. Turquía denuncia que estas críticas «no tienen ninguna base» y recuerda que la condena por abusos de menores es de entre ocho y quince años de prisión.

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