Trump ultima el primer gran ataque militar de EE.UU. contra Al Assad

Washington presiona para que la ONU condene a Siria por el uso de armas químicas

Entrenamiento en el portaaviones estadounidense Theodore Roosevelt, este martes en el mar del sur de China | Vídeo: Así fue el ataquer químico en Siria Afp | Vïdeo: Así fue el ataque químico en Siria
Manuel Erice Oronoz

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Como una suma de pequeños pero inequívocos gestos, este martes se acumularon suficientes indicios de que la respuesta militar contra Bashar al Assad va a ser mucho más contundente que la que hace un año se limitó a destruir durante unas horas la base aérea de Shayrat . El duro mensaje de Donald Trump , trasladado por su embajadora Nikki Haley al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, antecedió a anuncios y preparativos previos a una operación de castigo al dictador sirio que se prolongará durante días .

Mientras la diplomacia estadounidense intentaba una resolución de condena a Siria por el último ataque químico en Duma , en el que murieron al menos 60 personas, Trump cancelaba sus visitas a la Cumbre de las Américas , en Lima, y al presidente Juan Manuel Santos , en Colombia.

La explicación oficial de la Casa Blanca no dejó lugar a dudas. El presidente se queda en Washington «para supervisar la respuesta norteamericana a Siria y el desarrollo de los acontecimientos en el mundo». La suspensión de la gira sudamericana de Trump, prevista del viernes al domingo, constituía el primer mensaje del largo recorrido de una operación militar que el inquilino de la Casa Blanca prometió poner en marcha a partir de este miércoles.

Poco después del anuncio de cambio de planes del presidente Trump, el jefe del Pentágono anunciaba la cancelación del viaje que había programado para el viernes a Arizona y San Francisco , donde iba a seguir de cerca el recién iniciado despliegue de los efectivos de la Guardia Nacional que garantizarán la seguridad mientras se construye el muro en la frontera con México.

Duro discurso de Haley

Al tiempo que el comandante en jefe y su brazo derecho despejaban su agenda, Estados Unidos redoblaba su presión en Nueva York para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobara una condena genérica de Siria por su «uso continuado de armas químicas», prohibidas por la Convención de Ginebra . La tarde anterior, la embajadora estadounidense pronunció un duro discurso en el que acusó a Irán y a Rusia de tener «las manos manchadas de sangre de niños» , al respaldar al régimen de Al Assad en sus atrocidades. La negociación del contenido de la resolución hacía pensar en un casi seguro veto de Moscú , partidario de limitarla al impulso de una investigación oficial que incluyera la visita de expertos de la ONU a la zona del supuesto ataque químico.

La iniciativa norteamericana había recibido el apoyo incondicional de Reino Unido y Francia , los aliados de Washington dentro del Consejo. Este martes mismo, Trump habló telefónicamente con la «premier» británica, Theresa May, con la que coincidió en la necesidad de «frenar» al dictador sirio. También, países como Polonia, Holanda, Suecia, Kuwait, Perú y Costa de Marfil . Una alianza diplomática que Estados Unidos pretende convertir en coalición de respaldo a la intervención militar, que con toda seguridad no contará con la aprobación expresa de la ONU, pese a que también su secretario general condenó ayer el ataque del ejército de Al Assad.

Conversaciones con los países del Golfo

Para forjar la mayor suma de apoyos a la operación de castigo al dictador sirio, Washington multiplicaba este martes sus esfuerzos en conversaciones con los países del Golfo Pérsico, como Arabia Saudí y Qatar , con cuyo emir, en visita oficial, se entrevistó ayer con Trump en el Despacho Oval. Hamad al Thani expresó su respaldo públicamente a la respuesta militar que prepara el presidente estadounidense contra Al Assad, a quien acusó de «matar a medio millón de sus propios paisanos». Y proclamó: «Debemos parar esto inmediatamente».

En la coalición que forja Estados Unidos destaca su habitual socio Israel , que este martes recibía la condena y las amenazas de Irán, después de que aviones de aquel país, presumiblemente, lanzaran la noche del domingo una decena de misiles Tomahawk a una base aérea siria . Entre el número indeterminado de muertos, varios de ellos eran de nacionalidad iraní, enviados expresamente para reforzar la guerra que mantiene su aliado, Al Assad, contra las tropas rebeldes sirias.

Sobre el terreno, el ruido de sables se abre paso, en un ambiente de tensa calma previa a la tormenta. En la mañana del martes, fuentes militares confirmaban al Wall Street Journal que el destructor de misiles guiados USS Donald Cook había llegado a las inmediaciones de las aguas territoriales de Siria , cargado con al menos sesenta Tomahawk.

Hostigado por Rusia

En su trayecto hacia las costas del país del Oriente mediterráneo, aviones rusos habían vigilado de cerca sus movimientos y sobrepasado el buque con vuelo bajo al menos cuatro veces , en un hostigamiento que hizo vivir algunos momentos de tensión, según informó la televisión CNN en Turquía. El USS Donald Cook es un destructor de los considerados de primera clase, modelo Arleigh Burke, situado entre los más adecuados para protagonizar una exitosa misión de lanzamiento de misiles desde el mar contra objetivos situados en tierra.

Una información que conoce Al Assad, quien las últimas horas ha ordenado el despliegue de baterías antimisiles en torno al palacio presidencial donde vive, en Damasco, y a la vivienda de su ministro de Defensa, según fuentes diplomáticas.

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