Donald Trump, ayer junto al jefe de Policia y el responsable de los bomberos de Atlanta
Donald Trump, ayer junto al jefe de Policia y el responsable de los bomberos de Atlanta - REUTERS

Trump, el presidente que se enfrentó a seis países en tan solo diez días

Las acciones militares de EE.UU. contra Afganistán, Corea del Norte y Siria han causado tensos enfrentamientos diplomáticos con Rusia, Irán y China

MADRID Actualizado: Guardar
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Donald Trump ha repetido hasta la saciedad el eslogan «América, primero». Un mensaje contra el intervencionismo que ha hecho añicos, en apenas una semana y media, tras lanzar la bomba no nuclear de mayor potencia sobre suelo afgano, desplegar un convoy naval cerca de Corea del Norte y atacar una base del régimen de Al Assad. En apenas diez días, el gobierno de EE.UU. ha realizado tres demostraciones de fuerza contra tres países, sin preocuparse de las reacciones de otros tres estados: Rusia, Irán y China.

La acción imprevisible de ayer es una exhibición de fuerza más de las que el mandatario viene realizando desde su llegada a la Casa Blanca, y que tiene poco que ver con su discurso, al menos con los pronunciados antes de ser presidente.

Sin embargo, su espíritu militarista ya afloró durante la última Conferencia Conservadora, el pasado mes de febrero: «La cooperación global, las relaciones con otros países, llevarse bien con ellos, todo eso está bien», explicó Trump. «Es importante, pero no hay un himno, ni una divisa ni una bandera global. Yo represento a EE.UU. No represento al mundo, represento a vuestro país». Allí anunció el incremento de la partida presupuestaria del gasto militar, que se convertiría en el más alto de la historia, en detrimento de casi todas las demás.

Con el asesoramiento de su ministro de Defensa, el general James Mattis, conocido como «perro loco», que luchó en la invasión de Irak y la guerra de Afganistán, Trump ordenó el 4 de abril a sus buques de guerra, en el Mediterráneo, lanzar 59 misiles Tomahawk contra la base de Shayrat, lugar desde donde habrían partido los aviones del régimen sirio un día antes para atacar con armas químicas a la población de la provincia de Idlib, causando la muerte de cerca de 100 personas, entre ellas numerosos niños. Fueron las imágenes de estos las que Trump consideró habían traspasado la línea roja, obligándole a actuar. La respuesta inesperada de Trump, realizada durante la visita del presidente chino Xi Jinping a Florida, fue aplaudida por Occidente y algunos países del Golfo pérsico, pero duramente criticada por Rusia e Irán, socios de Bashar al Assad.

Al nivel de la Guerra Fría

Paralelamente, el Pentágono comenzó a especular con la posibilidad de que aviones rusos hubieran participado en el ataque químico, intentando borrar pruebas que confirmaran la autoría del régimen sirio. Esta acusación, que el Pentágono tuvo que reconsiderar, coincidió con la primera visita del secretario de Estado, Rex Tillerson, a Moscú. El Kremlin no ocultaba su malestar hacia EE.UU., considerando que las relaciones entre ambos países han empeorado hasta el nivel de la Guerra Fría.

En medio de este enfrentamiento diplomático, el 9 de abril, cuando todavía humeaban los misiles lanzados contra la base siria de Shayrat, Trump abrió otro frente. Como reacción a los reiterados lanzamientos de misiles balísticos de Kim Jong-un, el presidente estadounidense dispuso el despliegue del portaaviones USS Carl Vinson y su grupo de ataque en las aguas cercanas a Corea del Norte. El objetivo: disuadir al presidente norcoreano en su carrera nuclear. El gesto tensó las relaciones en la región, tanto con el país afectado como con su vecina China, que ha rechazado de manera reiterada sumarse a las sanciones contra Corea del Norte. En las últimas horas, el presidente Xi Jinping ha intentado rebajar la tensión ofreciéndose como intermediario.

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