Trump pide un desfile militar para EE.UU. tras encapricharse con el del Día de la Bastilla en Francia

Estados Unidos no organiza un desfile militar a gran escala desde junio de 1991, después de ganar la primera Guerra del Golfo y con George Bush padre en la Casa Blanca

Donald Trump asistió el pasado 14 de julio a la celebración nacional de Francia invitado por Emmanuel Macron REUTERS

MANUEL ERICE

Donald Trump no se ha olvidado del emotivo desfile militar que vivió el pasado 14 de julio en París , en compañía de su homólogo Emmanuel Macron. Entonces, una de las manifestaciones más tradicionales de la «grandeur», la que conmemora cada año el día nacional de Francia en la fecha de la toma de la Bastilla, con su colorido y exhibición patriótica, cautivaron al promotor del neonacionalismo norteamericano. Novato pero ejecutivo, el presidente se pronunció con su habitual estilo directo: «Quiero un desfile como este en Washington». Siete meses después, el Pentágono estudia la petición formal de la Casa Blanca para que un día al año Estados Unidos «ensalce sus valores y refuerce la unidad nacional».

Aunque las conversaciones y trabajos internos se han iniciado, nadie se atreve a dar por hecho que Washington vaya a introducir en su calendario oficial un desfile militar que Trump pretende que sea anual. Siempre mirando de reojo al precedente francés y a los millones de militares y veteranos que alimentan su base electoral. Los portavoces del presidente se limitan a reconocer que el proyecto está «en una fase previa» . Defensa muestra la máxima discreción.

Además, la iniciativa del controvertido ocupante del Despacho Oval tiene que vencer la tradición de un país que, históricamente, sólo ha organizado desfiles militares para celebrar el final de aquellos enfrentamientos bélicos de los que ha salido airoso. El último precedente se sitúa en 1991, cuando el presidente George W. H. Bush promovió un homenaje a sus tropas en el centro monumental de Washington tras la victoria aliada en la Primera Guerra del Golfo. Frente a lo que decidiría su hijo años después, el entonces inquilino de la Casa Blanca prefirió cantar victoria con un baño de autoestima, en lugar de adentrarse en el avispero iraquí. Antes, solo los triunfos en ambas guerras mundiales permitieron ensalzar el poderío estadounidense. Entre ambos hitos, Corea y Vietnam no generaron motivos suficientes para la celebración.

Armas estratégicas

La adaptación operativa del desfile y sus detalles constituyen una dificultad añadida. El Pentágono analiza el impacto de tanques de setenta toneladas en el deteriorado pavimento de las principales avenidas de Washington . Tampoco es partidario el secretario de Defensa, James Mattis, de exhibir armas de alcance como misiles, para evitar que el desfile ofrezca una imagen más rusa o norcoreana que occidental.

Pese a los escollos, fuentes del Pentágono apuntan tres posibles fechas para una futura conmemoración. El 28 de mayo, Memorial Day , coincidiría con el homenaje a todos los norteamericanos caídos en combate. El Día de la Independencia, 4 de julio , es la fecha conmemorativa estadounidense que desborda la cuestión estrictamente militar. Los altos mandos del ejército apuestan en su mayoría por el 11 de noviembre , que además de homenajear a los veteranos, coincide con el día de la victoria en la Primera Guerra Mundial.

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