El presidente Trump y el primer ministro Abe, durante su rueda de prensa conjunta en Florida
El presidente Trump y el primer ministro Abe, durante su rueda de prensa conjunta en Florida - AFP

Trump mantiene una actitud contenida ante la provocación de Corea del Norte

Pyongyang pone a prueba al presidente de EE.UU. con el lanzamiento de un misil

CORRESPONSAL EN NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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La visita este fin de semana del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, a su homólogo estadounidense, Donald Trump, iba de maravilla: declaraciones de apoyo incondicional, apretones de manos exagerados, fotos juntos en Twitter, cenas de gala, palos de golf en la residencia de Trump en Florida, Mar-a-Lago… Pero se cruzó Corea del Norte. El sábado, Pyongyang ejecutó una prueba balística con un misil de medio alcance que disparó desde la frontera Noroeste con China y que voló 500 kilómetros hacia el Este en dirección a Japón antes de estrellarse en el mar que separa ambos países.

Las autoridades estadounidenses se apresuraron a decir que el ensayo no significaba «una amenaza a Norteamérica». Pero sí suponía una provocación al nuevo presidente de EE.UU.

y una forma de tomar la temperatura sobre su compromiso con los aliados estadounidenses en la región, Japón y Corea del Sur. Durante la campaña, Trump deslizó que había que repensar el papel de EE.UU. en la defensa militar de estos dos países y llegó a plantear la posibilidad de que desarrollaran sus propios programas nucleares.

Misiles de largo alcance

Corea del Norte y sus ambiciones de desarrollar un programa nuclear y misiles de largo alcance que podrían llegar hasta EE.UU. es uno de los elementos más desestabilizadores en materia de defensa. Kim Jong-un, el dictador norcoreano, aseguró en su discurso de Año Nuevo que que su país estaba en la «fase final» para realizar sus primeros test de misiles de largo alcance. Trump respondió en Twitter que la posibilidad de que Corea del Norte desarrolle armas nucleares capaces de llegar hasta territorio estadounidense «no ocurrirá».

Corea del Sur interpretó la prueba militar como una provocación directa a EE.UU. «Esto es parte de un intento por llamar la atención con muestras de sus capacidades nucleares y contrarrestar la nueva política dura de la Administración de EE.UU. frente a Coreal del Norte», aseguró en un comunicado el ejército surcoreano.

«Es absolutamente intolerable», reaccionó Abe en un comunicado conjunto con Trump desde Florida, poco después de que el misil se estrellase en dirección a la costa de su país. «Corea del Norte debe cumplir con las resoluciones de Naciones Unidas» y «abandonar sus programas nucleares y balísticos y no persistir en las provocaciones».

Trump, con gesto agrio, se limitó a decir que «EE.UU. está con Japón, su gran aliado, al cien por cien».

Las noticias del ensayo balístico llegaron solo dos días después de que Trump asegurara que lidiar con los avances norcoreanos en su programa nuclear era una «prioridad muy, muy alta». Ahora habrá qué ver cuál es el significado de esa declaración. Hace unos días, el secretario de Defensa, Jim Mattis, visitó Corea del Sur, donde acordó el despliegue de un sistema de defensa antimisil conocido como Thaad para finales de este año. Ayer, las autoridades coreanas reiteraron su intención de reforzar la seguridad de sus ciudadanos con «con un sistema poderoso de defensa conjunta entre Corea del Sur y EE.UU.».

Oposición de Rusia y China

Se ha especulado que Japón también podría adoptar el despliegue del Thaad y el reciente ensayo norcoreano ganará apoyos a esa causa. Su puesta en marcha en Corea del Sur y Japón tendrá una fuerte oposición de Rusia y China, que critican el sistema antimisil y la intensificación de su presencia en la región.

Otros aliados de EE.UU., Japón y Corea del Sur criticaron también la decisión de Pyongyang. «La reiterada indiferencia de Corea del Norte a sus obligaciones internacionales es provocadora e inaceptable. Debe parar todos los lanzamientos con tecnología de misiles balísticos», aseguró el servicio de Acción Exterior de la Unión Europea. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltebenberg, también criticó con dureza el ensayo: «Estas consistentes provocaciones y violaciones de las resoluciones vinculantes del Consejo de Seguridad de la ONU socavan la seguridad regional e internacional»; dijo en un comunicado. «Apelo a Corea del Norte a no elevar las tensiones y volver a comprometerse a un diálogo significativo con la comunidad internacional».

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