Trump aplaza el posible traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén

La Embajada de EE.UU. en Israel seguirá en Tel Aviv, al menos durante los próximos seis meses. Contradiciendo su promesa electoral, Donald Trump firmó la prórroga para mantener la legación en la ciudad costera y no trasladarla a Jerusalén. La Casa Blanca emitió un comunicado en el que aseguró que «nadie debería considerar este paso en ningún modo como una retirada en el fuerte apoyo del presidente a Israel» y subrayó que se tomó esta decisión «para maximizar las oportunidades de negociar con éxito un acuerdo entre Israel y Palestina».

Los palestinos consideran el traslado de la Embajada una línea roja y recibieron de forma positiva el anuncio de Trump. Todo lo contrario que los israelíes, cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, se mostró «decepcionado», pero sostuvo su confianza en que Trump «mantenga el compromiso» y cumpla su palabra en el futuro.

En la misma línea se expresó Dany Dayan, Cónsul General del estado judío en Nueva York, quien en declaraciones a ABC confesó que «la anomalía por la cual las embajadas en Israel están situadas fuera de la capital, Jerusalén, debe ser corregida. Esperemos que EE.UU. sea quien lidere la corrección de esta situación en el futuro cercano y marque el sendero para más países».

Con el traslado de la legación, tanto Israel como Trump desean desterrar la fórmula de «ciudad ocupada» que acompaña a Jerusalén desde que hace medio siglo el estado judío ganó la Guerra de los Seis Días y se anexionara la zona oriental, antes bajo control jordano. Desde entonces la consideran su «capital eterna e indivisible», aunque para la ONU sea una «violación del derecho internacional incluido el Cuarto Convenio de Ginebra relativo a la protección de personas civiles en tiempo de guerra». Declaración que justifica que las legaciones extranjeras estén en Tel Aviv.