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Chiíes conmemoran en Afganistán la muerte el nieto del profeta Mahoma, celebración conocida como Ashura - AFP

Suníes y chiíes, eterno hachazo en el islam

Las diferencias entre las dos principales sectas musulmanas están detrás de los más importantes conflictos del mundo árabe

Madrid Actualizado: Guardar
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Con el nuevo enfrentamiento entre Arabia Saudí, de mayoría suní, e Irán, de mayoría chií, el mundo musulmán pone de nuevo de manifiesto sus divisiones. Ambos países lideran las dos sectas principales que mantienen enfrentado al islam. Los conflictos de Siria, Irak, Bahréin o Yemen son ejemplos de ello.

Riad anunció el domingo que rompía relaciones diplomáticas con Teherán, que promete «venganza divina» tras la ejecución, junto a otros 46 reos, del influyente clérigo chií Nimr al Nimr. Bahréin, donde una minoría suní controla las instituciones, ha hecho lo mismo este lunes.

La división entre chiíes y suníes, que son mayoría (entre el 85 y el 90 por ciento de sus 1.300 millones de seguidores), está detrás de los principales enfrentamientos que se mantienen en la región.

Los chiíes, en torno a 150 millones, son mayoría en Irán, Irak o Bahréin y cuentan con importantes comunicades en Yemen, Líbano, Afganistán, Kuwait, Pakistán, Catar, Siria, Turquía, Arabia Saudí, Emiratos o India. Los suníes son mayoría en Arabia Saudí y los países del Golfo, Egipto, el Magreb, África y Asia.

Los chiíes consideran que viven bajo el yugo del poder que imponen suníes, de hecho con frecuencia se asientan en las zonas más empobrecicas y subdesarrolladas y se consideran víctimas de la opresión de la secta mayoritaria.

Es ahí donde hay que situar los encendidos sermones del clérigo Nimr al Nimr desde su bastión de Awamiya, en el este de Arabia Saudí. La localidad es estos días escenario de altercados por el ajusticiamiento de quien lideró las protestas de la Primavera Árabe en ese país hasta que fue detenido en 2012.

Entre Mahoma y su yerno

Los suníes se mantienen apegados a la ortodoxia dictada por el profeta Mahoma. Los chiíes, por su parte, defienden el papel del liderazgo negado a Alí, yerno del profeta, y a sus dos hijos, que acabaron siendo asesinados.

Más allá del origen de sus diferencias y prácticas religiosas, la realidad acaba manchando de sangre a unos y otros. Pocas horas después de ajusticiar a Nimr, Arabia Saudí anuncio que daba oficialmente por terminado el alto el fuego en la guerra de Yemen. Riad lidera una coalición de apoyo al depuesto Gobierno yemení frente a los rebeldes hutíes, apoyados por Teherán.

También en Siria e Irak ambas sectas reflejan sus divisiones. Grupos terroristas como Daesh (el autodenominado Estado Islámico) o Al Qaida defienden las tesis del islam suní.

La guerrilla chií libanesa Hizbolá se ha convertido en importante aliado del régimen del presidente Bashar al Assad. Los Assad pertenecen a los alauíes, comunidad próxima al chiísmo que controla el poder pese representar solo el diez por ciento de la población del país.

Los Talibanes afganos son suníes y confrecuencia las comunidades o mezquitas chiíes son objeto de aua ataques.

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