El fiscal general, Jeff Sessions
El fiscal general, Jeff Sessions - AFP

Sessions, el azote de la inmigración caído en desgracia

Su recusación de la trama rusa ha «decepcionado» y «frustrado» al presidente, que ya le busca sustituto

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Cuando Donald Trump todavía era un candidato estrafalario, un «showman» de las primarias en el que casi todo el mundo se resistía a creer, Jeff Sessions, se convirtió en el primer senador que respaldó su candidatura. Su carrera política y su temperamento se alineaban con el mensaje de Trump y el electorado al que apelaba el multimillonario neoyorquino: el actual fiscal general es un conservador duro, azote de las políticas migratorias laxas, militarista, con un punto populista y que ha mostrado escepticismo respecto al cambio climático. Las acusaciones de racismo le habían impedido cualquier carrera política fuera de Alabama, el estado que representó durante dos décadas como senador. El ascenso de Trump al poder le colocó como fiscal general, con el objetivo, entre otras cosas, de endurecer la persecución a los inmigrantes ilegales.

Su recusación de la trama rusa ha «decepcionado» y «frustrado» al presidente, que ya le busca sustituto.

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