Jean Leadbeater (d), madre de la diputada asesinada Jo Cox, atiende a su otra hija, Kim, en el homenaje que le rindieron en Birstall, norte de Inglaterra
Jean Leadbeater (d), madre de la diputada asesinada Jo Cox, atiende a su otra hija, Kim, en el homenaje que le rindieron en Birstall, norte de Inglaterra - AFP

Retorna la campaña del referéndum en el Reino Unido con promesas de moderar el tono

La permanencia avanza en las casas de juego (66%-34%) y un sondeo publicado este sábado la sitúa cuatro puntos por delante

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Boris Johnson, mascarón de Leave, propagandista superdotado y sin complejos, ha recorrido Inglaterra con un enorme bus rojo –de fabricación alemana-, en cuya carrocería una leyenda proclama que el Reino Unido envía cada semana 350 millones a Bruselas. Se probó que era falso. En realidad son 136. Pero el lema allí se quedó. La llamativa campaña de Boris contemplaba también un acto con la ambición rubia volando a bordo de un hovercraft, un aerodeslizador. El espectáculo ha sido suspendido. Este domingo los políticos británicos volverán al ruedo de la campaña. Pero el asesinato de Jo Cox ha roto algo. El clima será distinto y las dos partes prometen un tono más comedido.

Gordon Brown ha aprovechado para politizar la muerte de la diputada laborista, cargando contra Leave en un artículo en «The Guardian»: «Algunos han intentado secuestrar una decisión sobre el futuro de Gran Bretaña en Europa y convertirlo en una votación sobre la inmigración, y luego sobre los inmigrantes y aquellos que apoyan a los inmigrantes».

El diputado Spehen Kinnock, (casado con la ex primera ministra danesa Helle Thorning-Schgmidt e hijo de un ex líder laborista), quien compartía despacho con la diputada asesinada y era íntimo amigo suyo, ha pedido al público que «recuerde a Jo a la hora de votar».

El Parlamento se reúne el lunes de forma excepcional para honrar a Jo Cox

Tras dos días con la campaña suspendida, Leave celebrará este domingo un acto en Londres. Los laboristas continuarán su duelo al menos hasta el lunes, día en que se reúne el Parlamento de forma excepcional para honrar a Jo Cox. De todas formas, el gran show político británico, el programa dominical de Andrew Marr en la BBC, contará este domingo por la mañana con Jeremy Corbyn y también con el ministro de Justicia, Michael Gove, el cerebro gris de Leave, con quien se encaró de manera muy celebrada una espectadora española en un debate televisivo: «Cuanto más habla, más me ofende. No somos su enemigo», le espetó la mujer, que lleva quince años en Inglaterra.

Antes del terrible asesinato de Jo Mox, activa defensora del «In», los brexisters atravesaban un momento dulce, con una espectacular subida en las encuestas a caballo de su discurso nacionalista contra los inmigrantes, que los llegó a poner por delante. Los nervios sacudieron los mercados y la libra comenzó a devaluarse. Ahora la divisa sube un poco y vuelven los indicios favorables a la permanencia. Este sábado se publicó una encuesta del diario escocés «Herald», con trabajo de campo previo al atentado. Excluido el 11% de indecisos, concede a Remain un 52% frente a 48% de Leave, cuatro puntos. Pero más fiables que los sondeos son las mesas de apuestas, y ahí las posibilidades del «In» son del 66%, frente a un 34% del Brexit.

Cameron recibió este sábado un importante apoyo. «The Times» publicó un editorial con su posición final. Pese a sus coqueteos euroescépticos ha optado por la permanencia: «No suena tan excitante y romántico como una marcha desafiante hacia el Brexit, pero es la mejor elección para el Reino Unido y para Europa». Ofrecen un dato que si la razón imperase sobre el sentimiento acallaría muchas fanfarrias nacionalistas: en sus 43 años en la UE, la renta per cápita de los británicos creció un 103%; más que la de Francia, Alemania y Estados Unidos, «y el doble de rápido que en la cima imperial británica previa a la Primera Guerra Mundial».

Mostrándose como un editor de ideología bipolar, Rupert Murdoch ha pedido el Brexit con su diario sensacionalista, «The Sun», y la permanencia con su otra cabecera, el venerable «The Times», en cuyas páginas Cameron reitera en una entrevista su deseo de permanecer como primer ministro incluso si pierde la consulta. Una quimera, dado el nivel de encono que ha abierto en su partido.

En la recta final se esperaban dos mojones importantes. El primero ya ha pasado, aunque sin mucha atención. Es el informe final del FMI, que alerta de que en caso de Brexit habrá una merma «permanente» de los ingresos de los británicos y en el peor escenario, su PIB caerá un 5,5% de aquí a 2019. Con tono más retador, lo mismo vino a decir el ministro de Economía francés, el ex empleado de banca Emmanuel Macron, que bastante lío tiene también en casa: «El Reino Unido fuera de la UE sería como Guernsey» [un pequeño paraíso fiscal británico en el Canal]. Esas pullas desde Europa son vitaminas para la campaña nacionalista de Leave.

Debate final en Wembley

El último gran hito que queda ahora es el debate final el martes desde el estadio de Wembley, en vivo en la BBC, con miles de personas las gradas y Boris Johnson y su sucesor en la alcaldía de Londres, el musulmán Sadiq Khan, como primeros espadas.

Mientras tanto, en la pequeña Birstall, la hermana de Jo Cox leyó una emocionante elegía, acompañada de sus padres. Hicieron un gran esfuerzo de entereza, arropados por todo el pueblo, y hasta dejaron alguna sonrisa; destrozada, pero de esperanza.

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