Arresto de una integrante de las Damas de Blanco en marzo de 2016
Arresto de una integrante de las Damas de Blanco en marzo de 2016 - Afp

La represión en Cuba aumentó en 2016, con más de mil detenciones arbitrarias más que el año anterior

El informe anual del Observatorio de Derechos Humanos señala que hubo más de 9.300 arrestos y que la «normalización» de relaciones con EE.UU. no ha repercutido de forma positiva en las libertades en la isla

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El pasado año registró un «recrudecimiento de la represión» respecto a años anteriores, con 9.351 detenciones arbitrarias, más de mil por encima de las registradas en 2015. Así lo recoge el informe anual del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), dado a conocer este miércoles, según el cual «los avances en el proceso de “normalización” de las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba -que ya entra en su tercer año-, no han repercutido de manera positiva en el ejercicio de los derechos humanos en la isla».

Del mismo modo, apunta la escasa influencia en materia de derechos humanos del marco de las relaciones entre la Unión Europea y Cuba y pone de manifiesto que «el recién aprobado acuerdo bilateral cristaliza más de una década de política europea hacia Cuba caracterizada por un talante voluntarista y aquiescente ante la actuación del gobierno cubano en materia de derechos humanos, aun cuando a nivel formal estaba vigente la Posición Común».

La mayoría de los arrestos arbitrarios de 2016 fueron realizados por la policía política «para impedir el ejercicio de los derechos de asociación, reunión y manifestación pacífica», señala el documento, que añade que se evidencia igualmente el «nefasto clima para el desarrollo del trabajo de los defensores de los derechos humanos en la isla».

Entre las organizaciones pacíficas más reprimidas y acosadas por el régimen en 2016, señala, se encuentran la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y el Movimiento Damas de Blanco. En cuanto a las integrantes de este último, durante más de 80 domingos «han sufrido sin descanso la represión policial y de grupos civiles alentados y organizados desde el gobierno», explica. Precisamente, de las más de 9.300 detenciones arbitrarias, la mayoría, 5.383, han sido de mujeres, frente a 3.968 de hombres.

Más represión tras al muerte de Fidel Castro

Según el Observarorio, estas actuaciones «se han incrementado tras la muerte de Fidel Castro, igualmente la violencia empleada por la policía política en las detenciones».

El OCDH cita la detención de 138 miembros de la Unpacu, de los que 48 permanecen encarcelados, así como más de 70 allanamientos a sus viviendas, acompañadas de confiscaciones de material de trabajo y objetos personales, a las que se refiere como «la última ‘modalidad represiva’ empleada en contra de distintas organizaciones».

También recoge la violenta detención tras la muerte de Fidel Castro del médico y opositor Eduardo Cardet, coordinador nacional del Movimiento Cristiano Liberación, supuestamente por criticar el legado de represión dejado por el dictador, así como el arresto del artista Danilo Maldonado «El Sexto» horas después de escribir en las paredes del hotel Habana Libre «Se fue», encontrándose aún en la prisión Combinado del Este en La Habana.

Ni partidos políticos ni elecciones plurales

El informe del Observatorio recuerda que en Cuba siguen sin existir partidos políticos y elecciones plurales. «Aunque en Cuba existen grupos que se consideran políticos y, de hecho, algunos de estos son reconocidos por las diferentes internacionales políticas, los mismos siguen siendo considerados por el gobierno como grupos de mercenarios, y sus dirigentes y miembros susceptibles de ser amenazados, discriminados, reprimidos o encarcelados por ejercer un derecho humano reconocido, tal es el caso del anteriormente mencionado dirigente del Movimiento Cristiano Liberación».

Además, indica que la represión «ha salido de los márgenes de la oposición, entrando con fuerza en otros sectores de la sociedad civil». En este sentido, señala que legalmente solo puede existir una asociación por cada tema, trabajo o servicio y que «si un grupo de la sociedad civil organiza, por ejemplo, una asociación de juristas, el Estado no la inscribe en el Registro de Asociaciones porque ya existe una fundada y dependiente del Estado».

Cada una de las asociaciones o grupos de la sociedad civil reconocido por el Estado, continúa, debe estar vinculado al organismo estatal o ministerio que le sea afín, de modo que «este organismo del Estado patrocina, controla y orienta el trabajo de la asociación».

La Constitución y las leyes establecen que ningún derecho humano o las libertades civiles y políticas puede constituirse en oposición a la construcción del socialismo y el comunismo en Cuba, añade. «Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo», advierte la propia Constitución, que considera punible la infracción de este principio.

El documento se hace eco, así mismo de la « recesión económica» que vive el país, «consecuencia de los desequilibrios estructurales del modelo económico, la desfavorable coyuntura internacional por la crisis que afecta a los estados proveedores de subsidios a la economía cubana, el descenso de los precios de productos y servicios de exportación, la disminución de su capacidad de importación, variable de la que depende su crecimiento, y el insuficiente impacto del sector privado en el espacio productivo actual por su papel complementario otorgado a este por el Régimen.

«Este desfavorable desempeño económico -subraya- tuvo un impacto negativo en el ya paupérrimo nivel de vida de los ciudadanos en un contexto donde la retórica oficial estuvo dirigida a propagandear el desarrollo del trabajo por cuenta propia».

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