El principal aliado de Rousseff amenaza con abandonarla en un mes

Militantes del partido del vicepresidente piden la salida del Gobierno brasileño

Corresponsal en Sao Paulo Actualizado: Guardar
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La convención del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) -el segundo mayor grupo de la alianza que apoya a la presidenta Rousseff- comenzó este sábado en Brasilia con gritos de «Fuera Dilma». Militantes que quieren marcar distancias con el Gobierno y el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) presentaron una carta firmada por congresistas, en la que piden la salida inmediata del partido del Ejecutivo.

«Tenemos que abandonar el Gobierno, que no nos respeta ni considera», decía la misiva, que criticaba a su vez «el desastroso liderazgo del país». La dirección del partido ofreció el micrófono a militantes, que criticaron a la presidenta brasileña e invitaron a las manifestaciones convocadas para este domingo en contra de Dilma y del PT.

«No es hora de levantar muros, sino de construir puentes», terció Michel Temer, líder del PMDB y vicepresidente del Gobierno, que debe ser reelegido en la convención. En todo caso el grupo no debe adoptar una posición definitiva antes de las manifestaciones de este domingo y de otra convención prevista para dentro de un mes, de la que se espera que sea el principio del fin de su apoyo al Rousseff.

Proceso de destitución

El PMDB es el segundo partido de la alianza oficialista tras el PT, con 66 de los 340 diputados que apoyan a la presidenta en una Cámara de Diputados de 513 miembros. Si el partido sale de la coalición, complicará aún más la frágil situación de la mandataria, envuelta en un proceso de destitución.

Esta semana, líderes clave del PMDB próximos a la presidenta -como el presidente del Senado, Renan Calheiros- se reunieron con dirigentes del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) para discutir las diferentes opciones. Según la prensa local, Calheiros y Temer prefieren cambiar el actual sistema presidencialista por otro de corte parlamentario, que mantendría a Rousseff hasta el fin del mandato tras un pacto nacional. Pero si aumenta la presión de la militancia y de la calle a favor de la destitución, esa opción se complicará.

La decisión también dependerá de la situación de Temer en el proceso de destitución, porque al ser elegido junto a Rousseff corre peligro de caer si se prueba que hubo desvío de dinero en la campaña electoral. Por el momento, ni Rousseff ni Temer han sido citados de forma convincente en las investigaciones de corrupción de Petrobras. El PMDB, grupo muy influyente en Brasil, sin embargo es muy criticado por estar siempre en el bando vencedor.

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