El presidente del Consejo Europeo recibe la petición de salida del Reino Unido

Desde este momento queda activado el artículo 50 para que se inicie un proceso que durará dos años. Tusk: «No es un día feliz, ya os echamos de menos»

BRUSELAS/LONDRES Actualizado: Guardar
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El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, ha recibido este miércoles la notificación formal del Gobierno británico (carta íntegra en inglés) para iniciar las negociaciones de su salida del club comunitario, cuyas condiciones deberán pactarse en un plazo máximo de dos años.«Después de nueve meses, Reino Unido lo ha activado», ha anunciado Tusk en las redes sociales.

Cerca de las dos de la tarde, Donald Tusk compareció mostrando la carta de la primera ministra británica Theresa May en la que esta le comunica formalmente el resultado del referéndum, lo que ha desencadenado la entrada en vigor del artículo 50 del Tratado de Lisboa. «Ya os echamos de menos», empezó diciendo Tusk para recordar que esta «no puede ser una jornada alegre».

Tusk hizo una corta alocución parcialmente improvisada en la que dijo que en esencia su mandato y el de la Comisión Europea consiste en defender los intereses de la Unión y «limitar los daños para los ciudadanos».

Por lo que se sabe, el proceso ha empezado ya con discrepancias esenciales sobre el proceso a seguir a partir de ahora. En su carta May pide negociar a la vez la salida y el nuevo estatus futuro del Reino Unido, mientras que la UE ha anticipado claramente que quiere eludir esa fórmula y que insistirá en separar los dos capítulos, es decir que primero pretende que se pacte la desconexión efectiva y solo entonces empezará a negociar, cuando Londres sea la capital de un país tercero, la nueva relación que tendrá con la UE. Los británicos por su parte quieren poder intercambiar concesiones en el mecanismo de salida con contrapartidas futuras en su nueva relación y sostienen que «nada está acordado hasta que todo está acordado». Como en todos los divorcios, el dinero es la clave. La cuestión de los compromisos económicos que el Reino Unido ha firmado y que deberá pagar aunque deje la UE estará muy probablemente el centro de los problemas.

A partir de ahora empieza una cuenta atrás de dos años en la que los británicos tienen las alas cortadas para hacer mucha presión. Si no ha habido un acuerdo para su salida pactada en 2019, se producirá una salida desordenada y se irán sin acuerdo. Esa sería la peor opción para todos, pero especialmente para los británicos.

Unidad del Reino Unido

En el momento de la entrega de la carta, la primera ministra Theresa May se encontraba en el Parlamento, en el que declaró que la activación el Brexit es un momento «histórico» y un «punto sin retorno» para el Reino Unido, que votó por abandonar la Unión Europea (UE) en un referéndum el pasado 23 de junio. A lo que añadió que «vamos a seguir siendo un amigo estrecho y un gran socio de la UE». Ha instado, además, a la «unidad» del país de cara a las negociaciones sobre la salida de la Unión Europea (UE).

«Ahora que la decisión ha sido tomada de dejar la UE, es el momento de unirnos», afirmó May en una declaración en la Cámara de los Comunes. Subrayó, sin embargo, que si bien negociará con la Unión Europea (UE) como un «único Reino Unido», tendrá en cuenta «los intereses de todas las regiones», Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gales.

Se espera que en 48 horas a partir de este miércoles, probablemente el viernes, Tusk haga público un borrador de «directrices negociadoras», que tendrán en cuenta el contenido y las intenciones expresadas en la carta británica.

En las semanas posteriores ese documento será debatido a diferentes niveles (en reuniones de expertos, sherpas y ministros), indicaron a Efe fuentes europeas.

Los líderes de los Veintisiete adoptarán las directrices que fijarán los principios básicos de las negociaciones en una cumbre extraordinaria que tendrá lugar el próximo 29 de abril.

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