La peregrinación a la Meca aparca la tensión con Irán y Qatar

El monarca saudí ha ordenado mantener abierta la frontera con el territorio catarí

Millones de musulmanes peregrinan cada año a La Meca para cumplir una de las obligaciones que su religión les impone AFP

MIKEL AYESTARAN

Dos millones de personas se encuentran en La Meca para celebrar el Hajj , la peregrinación que todo musulmán debe realizar al menos una vez en su vida si la salud y la cartera se lo permiten, según el Corán. Es uno de los cinco pilares del islam (los otros cuatro son la profesión de fe, la oración cinco veces diarias, el ayuno durante el ramadán y la limosna) y sirve para que los fieles limpien su alma y demuestren que todos son iguales ante Dios. La religión ha podido en esta edición con los problemas políticos y sectarios que asolan Oriente Medio y tanto cataríes como iraníes están presentes en unos lugares santos que son gestionados por el gobierno de Arabia Saudí. Las diferencias entre estos tres enemigos regionales quedarán a un lado durante los próximos días gracias a la peregrinación.

El rey Salman bin Abdulaziz es el Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas y hasta el lunes, día en el que concluye el hajj, ha ordenado mantener abierta la frontera terrestre con Catar para la llegada de peregrinos . Desde el 5 de junio el paso de Salwa permanecía cerrado ya que Riad lidera un bloqueo, secundado por Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, debido al supuesto apoyo de las autoridades de Doha «a grupos terroristas» en la región. No solo se ha reabierto el paso por motivos religiosos, sino que los gastos de los peregrinos cataríes corren a cuenta del rey Salman . El monarca también ha ordenado el envío de aviones privados saudíes a Doha para que aquellos que no viajen por tierra, lo hagan por vía aérea. Una medida extraordinaria que trata de acallar las acusaciones por parte de las autoridades de Doha sobre el uso político que los Al Saud hacen del hajj.

Vuelta de los iraníes

En el caso de los iraníes, son 90.000 fieles los que se encuentran en La Meca , según los datos proporcionados por una República Islámica que decidió prohibir a sus ciudadanos peregrinar el año pasado debido a la estampida mortal de 2015. Más de 2.400 peregrinos perdieron la vida en una estampida que se produjo en Mina, un gran valle situado a unos cinco kilómetros de la Meca al que se acercan los fieles para lanzar piedras contra los pilares de Jamarat, que representan al demonio, uno de los ritos de la peregrinación. Cuatrocientas sesenta y cuatro de las víctimas eran iraníes y las autoridades de Teherán acusaron a las de Riad de no ser capaces de garantizar la seguridad durante estas fechas tan importantes. La tradición también lleva a los fieles a escalar el vecino monte Arafat, donde se dice que Mahoma dio su último sermón.

La imagen de la enorme marea humana girando en torno a la kabaa es el símbolo de esta cita religiosa . Todos los fieles, vestidos únicamente con una túnica blanca sencilla a la que llaman «ihram», dan vueltas en torno a esta construcción en forma de cubo de color negro considerada «la casa de Dios» y hacia la que orientan su oración los musulmanes de todo el mundo.

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