La policía retiró a los manifestantes las pancartas con alusiones a Putin
La policía retiró a los manifestantes las pancartas con alusiones a Putin - EFE

La oposición vuelve a atreverse a manifestarse en Moscú

Miles de personas recuerdan a Nemtsov dos años después de su asesinato

CORRESPONSAL EN MOSCÚ Actualizado: Guardar
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La oposición rusa se atrevió ayer a movilizar a sus simpatizantes en la calle. El motivo fue recordar a su antiguo líder, Borís Nemtsov, asesinado hace dos años en pleno centro de Moscú, junto al Kremlin. Las autoridades municipales autorizaron la marcha, a la que, según el recuento efectuado por los organizadores, asistieron más de 15.000 personas. La Policía redujo la cifra a 5.000.

La Policía hizo pasar a los manifestantes a través de arcos detectores de armas y explosivos y, de paso, se aprovechó para retirarles todas las pancartas con retratos o inscripciones alusivas al presidente Putin. Quizá por ello, la consigna más gritada durante la manifestación fue «Rusia sin Putin, Rusia sin Putin...». Lo que sí hubo fueron banderas rusas -para demostrar que los opositores también son patriotas- ucranianas y de la Unión Europea.

Veteranos disidentes

A la cabeza del cortejo desfilaron líderes opositores como el dirigente de la formación liberal Yábloko, Grigori Yavlinski, el activista Iliá Yashin, el exdiputado Guennadi Gudkov, expulsado del Parlamento por participar en actos organizados por la oposición, y Mijaíl Kasianov, ex primer ministro y jefe del que fue el partido de Nemtsov.

Al comienzo del acto, un desconocido arrojó a Kasiánov en la cara anilina, un colorante verde que, con otros compuestos, se utiliza como desinfectante y cuyas manchas duran días en la piel. Ello no impidió que continuará en la manifestación.

Quien no pudo estar en la concentración fue el disidente y bloguero anticorrupción Alekséi Navalni. El sábado, Navalni abrió en Ekaterimburgo el cuartel general de su equipo de campaña para las elecciones presidenciales de 2018, a las que, salvo que cambie la ley o sea indultado, no podrá presentarse. El 8 de febrero, un tribunal de la ciudad de Kírov le condenó a cinco años de prisión condicional y a una multa por supuesta «apropiación indebida» de bienes de una empresa del Estado. Este veredicto le inhabilita para ocupar cargos públicos. Un grupo constituido por cosacos, ultranacionalistas y activistas ortodoxos atacaron el mismo día la sede del equipo de campaña de Navalni.

Nemtsov, que el momento de su asesinato era diputado de la Asamblea Local de Yaroslavl, murió tiroteado en mitad del puente «Bolshói Moskvoretski» sobre el río Moskova, a escasos metros de la muralla del Kremlin. Iba acompañado de una joven ucraniana. Hay cinco personas que actualmente está siendo juzgadas por ese asesinato, entre ellas el autor de los disparos, el expolicía checheno Zaúr Dadáev. No obstante, la familia del político y la oposición en general creen que quienes encargaron su muerte están a salvo y sin temor a ser llevados ante la Justicia.

Al final de la concentración, muchos manifestantes acudieron al puente «Bolshói Moskvoretski» para depositar flores en el lugar donde fue abatido Nemtsov. Ahí se pretende instalar una placa en su recuerdo, pero el Ayuntamiento moscovita no está por la labor. Ayer en San Petersburgo también hubo otra manifestación, a la que acudieron unas 3.000 personas.

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