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Una pareja pasa junto a una pared con propaganda a favor de la Constituyente, sobre la que hay una pintada opositora este sábado en Caracas - EFE

La oposición llama a deslegitimar a Maduro con el plebiscito popular

Una alta participación enviará un abierto mensaje de rechazo al proyecto del presidente venezolano

Corresponsal en Caracas Actualizado: Guardar
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La oposición venezolana lanza un imponente desafío a los planes del presidente Maduro, con la celebración de un plebiscito popular en el que se preguntará a la sociedad si acepta o rechaza la Constituyente con la que el mandatario pretende anular al Parlamento y eternizarse en el poder. Se trata de una consulta atípica, ya que se lleva a cabo contra la voluntad del Gobierno y de las instancias oficiales, incluido el Consejo Nacional Electoral (CNE). Pero la verdadera prueba de fuerza estará en la participación.

Si la población se vuelca en las urnas en la consulta de este domingo, habrá mandado un claro mensaje de rechazo de la Constituyente. Este mensaje se vería reforzado si, en cambio, es muy baja la participación en la votación de la Constituyente prevista el 30 de julio.

Los sondeos dan unas previsiones de participación en el plebiscito de este domingo de entre un 70 y un 80 por ciento del electorado. Lo que se corresponde con la encuesta de Datanalisis, que señala que un 80 por ciento de la población rechaza la Constituyente de Maduro.

Una alta participación podría evidenciar el desquite de quienes se oponen a Maduro, tras su frustración por no haberse convocado el año pasado el referéndum revocatorio

Asunto diferente serán las eventuales trampas que pueda urdir el régimen a la vista del choque de trenes que se avecina. De aquí los constantes llamamientos de los líderes de la oposición para participar en la consulta.

En apenas una semana, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha habilitado 2.030 «puntos soberanos» o centros electorales, con unas 14.304 mesas de votación, en todos los municipios de Venezuela. En pocos días, han improvisado puntos de votación en parques, plazas, teatros, iglesias y universidades. En 532 ciudades de 82 países se han organizado además unas 612 mesas de votación para que los expatriados tengan la oportunidad de expresar si aprueban o rechazan el proyecto de Maduro, aunque tengan su carné de identidad caducado.

Los rectores de las universidades nacionales son los garantes de la pulcritud y transparencia del proceso. Benjamin Charifker, rector de la Universidad Simón Bolívar, calificó la consulta popular como una gran fiesta para el reencuentro de los venezolanos. «No habrá duplicidad de votos por cuanto confiamos en la honestidad de los venezolanos y habrá además auditorías permanentes», subrayó Charifker. También garantizan el anonimato de los electores, ya que al terminar el escrutinio «se destruirán los cuadernos de votación y la firma del acta de los miembros de la mesa».

Los líderes de la oposición destacaron la importancia del acompañamiento de vigilantes internacionales en esta consulta. Este sábado llegaron a Caracas cinco expresidentes iberoamericanos: Laura Chinchilla (Costa Rica), Vicente Fox (México), Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Quiroga (Bolivia) y Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica). Por la tarde también aterrizaron en Venezuela quince parlamentarios extranjeros, que participarán en el referéndum en calidad de observadores internacionales.

La Iglesia venezolana ha desempeñado un papel importante en esta consulta. El presidente de la Conferencia Episcopal, Diego Padrón, ha solicitado en reiteradas ocasiones a Maduro que retire su Constituyente porque va a causar muchos problemas y mayor empobrecimiento a los venezolanos. El Arzobispado hizo también un llamamiento a mantener la calma, a «votar en paz» y no caer en provocaciones para evitar así la violencia.

Desquite

Una alta participación en la consulta de este domingo podría evidenciar el desquite de quienes se oponen a Nicolás Maduro, tras su frustración por no haberse convocado el año pasado el referéndum revocatorio contra su gestión a pesar de los cientos de miles de firmas reunidas. A ello se une el peligro que significa a su juicio la convocatoria de una Constituyente.

Con su propósito de modificar la Carta Magna de Hugo Chávez, aprobada el 15 de diciembre de 1999, Nicolás Maduro ha logrado incluso poner en su contra a chavistas disidentes. Un ejemplo es la exministra de Medio Ambiente Ana Elisa Osorio, que ha instado a los chavistas a no votar en la elección de los constituyentes el próximo 30 de julio, pero sí en la consulta opositora. El diputado oficialista Germán Ferrer y su mujer, la fiscal general Luisa Ortega Díaz, han confirmado que este domingo también votarán contra la Constituyente de Nicolás Maduro.

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