Tres conversos iraníes con un pastor luterano en la iglesia Apostelkirken de Copenhague - Journal de Genève
Tres conversos iraníes con un pastor luterano en la iglesia Apostelkirken de Copenhague - Journal de Genève

¿Qué ocurre si un musulmán se convierte al cristianismo en Europa?

El fenómeno es cada vez más frecuente aunque no trasciende, a diferencia de lo que ocurre con los publicitados conversos al islam

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Dejar la fe de Mahoma no es tarea fácil, tampoco en Occidente. Buen número de países musulmanes mantiene la pena de muerte para los apóstatas tal como establece la Sharía, la ley islámica. En los países musulmanes moderados se pueden evitar los tribunales o la lapidación directa, pero no la ruptura traumática con la familia si se sospecha una conversión al cristianismo. La conversión de un musulmán a otra religión “es la muerte civil”, afirma el libanés Camille Eid en su obra “Cristianos llegados del islam” .

Pese a ello, las conversiones de musulmanes al cristianismo en Europa y Estados Unidos son una realidad, muy poco publicitada por razones comprensibles. En España, por ejemplo, se conoce el número de bautizados conversos al islam (unos 20.000 en los últimos años, según las organizaciones musulmanas españolas), pero se ignora por completo cuántos musulmanes han abrazado el cristianismo; y son casi dos millones los residentes mahometanos.

La coacción que sufren los musulmanes conversos es una realidad innegable, que denuncian ahora las iglesias católica y protestante en Europa a raíz de la emergencia migratoria. El lunes pasado, un comunicado conjunto de las iglesias católica y evangélica de Alemania denunció las amenazas que experimentan muchos refugiados árabes cristianos -en su mayoría sirios e iraquíes- en los centros de acogida, en particular en los de Berlín. Los ataques y discriminaciones proceden de compañeros -musulmanes radicales- “e incluso de intérpretes y funcionarios”, que suelen ser también musulmanes.

Otro foco de preocupación, en el contexto del millón largo de refugiados que han llegado solo a Alemania en el último año, lo constituyen las conversiones al cristianismo entre los inmigrantes. El pasado mes de abril, un informe publicado en la prensa desveló una ola de conversiones al luteranismo entre los refugiados iraníes que solicitan asilo político en Dinamarca. Las dudas sobre la sinceridad de esas conversiones ha llevado al ministro de Cultura danés a pedir a los pastores luteranos que no muestren tanto entusiasmo con el bautismo, o al menos que esperen a que se decida el trámite de concesión de asilo. Pero los clérigos luteranos prefieren confiar en la buena fe con argumentos de peso: los catecúmenos ya tienen bastante con la hostilidad que sufren en los centros de refugiados, y con el peligro cierto de persecución y cárcel que tienen si al final deben regresar a sus países de origen.

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