Obama, durante su primera aparición pública, en Chicago, tras dejar la Casa Blanca
Obama, durante su primera aparición pública, en Chicago, tras dejar la Casa Blanca - AFP

Obama acepta por primera vez dinero de Wall Street por hablar

Cobrará 400.000 dólares por una conferencia sobre el sistema sanitario

CORRESPONSAL EN WASHINGTON Actualizado: Guardar
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No sólo las presidencias encienden debates en Estados Unidos. Las expresidencias, que reubican al protagonista en una nueva vida no exenta de las ventajas de quien ha liderado la nación, siempre dan para alguna discusión. La que acaba de surgir no es menor. Barack Obama, flamante expresidente, estos días ya con el semblante descansado por las vacaciones, recibe sus primeras críticas por estrenarse como conferenciante pagado por Wall Street. Obama ha cerrado un acuerdo para percibir 400.000 dólares (366.000 euros) de Cantor Fitzgerald, uno de los grandes bancos de inversión del país, a cambio de una conferencia sobre el sistema de salud. El evento, que se celebrará en septiembre, introducirá al expresidente en el nada desagradecido circuito de las charlas bien remuneradas.

Nada diferente de sus antecesores. Lo llamativo es que el pagador sea uno de los símbolos inequívocos del corazón financiero neoyorquino, culpable de la dura crisis que azotó el país para los principales líderes demócratas y para el propio Obama, que en 2010 tuvo que adoptar medidas de choque y rescatar el país. Que Cantor Fitzgerald sea tristemente recordado por haber sufrido la baja de dos tercios de su plantilla durante el ataque a las Torres Gemelas, donde su ubicaba su sede principal, no aporta atenuantes.

«No aspiro a la presidencia para ayudar a una manada de peces gordos de Wall Street». Esta frase, que permitió a Obama desmarcarse de su rival en las primarias demócratas de 2008, Hillary Clinton, cuando aún la crisis financiera no había desatado todos su males, se vuelve ahora contra el expresidente. Los portavoces del ala más liberal del partido, con Sanders a la cabeza, le reprochan que haya cedido a la tentación de engordar sus ingresos con dinero del poder financiero. «Es desagradable. El señor Obama es amigo mío, y ha desempeñado una presidencia de ocho años con dignidad e inteligencia. Pero, señor presidente, esto no es una buena idea. Vivimos con muchas desigualdades de riqueza y de ingresos»

25 años

Hillary Clinton, quien junto con su marido, el expresidente Bill, recurrió de manera continuada a conferencias financiadas por entidades de Wall Street, también tuvo que sufrir las arremetidas del senador por Vermont las últimas primarias. Sanders le reprochó haber pronunciado diversas conferencias pagadas, a un mínimo de 225.000 dólares (206.000 euros), después de dejar la Secretaría de Estado, en abril de 2013. Como reiteró su veterano contrincante, el diablo al que había sucumbido la aspirante a la presidencia era Goldman Sachs, primer responsable del estallido de la burbuja financiera. Durante la campaña presidencial, Hillary reconoció públicamente haber sumado la cantidad de 25 millones de dólares en ingresos por estas conferencias.

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