Nueva manifestación en Moscú en contra de la política de Putin

Unos 20.000 moscovitas salieron hoy a la calle para manifestarse en contra la política del presidente Vladímir Putin

CORRESPONSAL EN MOSCÚ Actualizado: Guardar
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Unos 20.000 moscovitas salieron hoy a la calle para manifestarse en contra la política del presidente Vladímir Putin. El motivo esta vez de la protesta ha sido denunciar la orden dada por Putin el pasado febrero de demoler todos las viviendas de cinco plantas construidas en la época del dirigente soviético, Nikita Jrushiov (1953-1964), las llamadas «jrushovki», y entregar a sus inquilinos pisos en otros lugares de la ciudad. La Policía impidió que el líder opositor, Alexéi Navalni, tomará la palabra durante el mitin.

«No a la deportación de moscovitas», «No a la demolición de nuestras viviendas», «En defensa de nuestras casas y de la propiedad privada», eran las inscripciones de la mayor parte de las pancartas que portaban los asistentes a la concentración organizada con permiso de las autoridades en la avenida del Académico Sájarov de la capital rusa.

Navalni, que acaba de regresar de Barcelona tras ser operado de una lesión ocular causada en una agresión con un líquido abrasivo, asistió al acto en compañía de su esposa y su hijo. Pero, antes de que intentase siquiera acercarse a la tribuna para tomar la palabra, varios policías le rodearon y conminaron a permanecer quieto o abandonar la manifestación.

Los agentes actuaron a petición del responsable de Seguridad del Ayuntamiento moscovita, Vladímir Chernikov, quien aseguró que la intervención del dirigente opositor no estaba prevista y así, al parecer, lo denunciaron algunos de los firmantes de la solicitud de autorización del mitin.

160.000 familias

En el evento tomaron parte, según el Ministerio del Interior, unas 8.000 personas, cantidad a todas luces muy rebajada, ya que la avenida Sájarov en un tramo de unos 400 metros se llenó totalmente de gente. La ONG Contador Blanco registró con sus activistas 20.000 asistentes mientras que los organizadores elevaron la cifra a 30.000.

En una primera fase, la demolición de «jrushovki» va a afectar a 160.000 familias. Los que viven en este tipo de casas temen, tras perder sus pisos, recibir sus nuevas viviendas en barrios muy alejados del centro e incluso no recibir las compensaciones estipuladas. El alcalde de Moscú, Serguéi Sabianin, no obstante, sostiene que «tendremos en cuenta la opinión de quienes se oponen a la iniciativa».

Son numerosas las manifestaciones de protesta que se vienen sucediendo en las últimas semanas en toda Rusia contra la corrupción y contra la permanencia de Putin en el poder más allá de la primavera de 2018, cuando finaliza su actual mandato presidencial.

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