Theresa May ha intentado amortiguar su caída tras perder la mayoría absoluta
Theresa May ha intentado amortiguar su caída tras perder la mayoría absoluta - REUTERS

May nombra número dos de su gobierno a un europeísta amigo suyo

Recupera también al polémico Michael Gove, el hombre que traicionó a Boris Johnson

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Theresa May reestructuró este domingo su Gobierno con dos nombramientos llamativos. Se trata de un intento de amortiguar su caída libre tras perder la mayoría absoluta por ocho escaños tras su fallida apuesta de adelantar los comicios. La primera ministra ha nombrado número dos del Ejecutivo a un europeísta, Damian Green, de 61 años, hasta ahora ministro de Trabajo y amigo personal suyo. Para equilibrar y no enojar al ala brexitera, ha recuperado a Michael Gove, el cerebro de la campaña del Leave, un apestado en la política inglesa tras traicionar a Boris Johnson en la carrera por el liderazgo tory del pasado verano.

May se está moviendo para intentar salvarse. El sábado provocó la renuncia de sus dos gurús personales, los secretistas Fiona Hill y Nick Timothy, detestados por los ministros.

Ayer trató de levantar otro parapeto renovando a fondo su Gobierno. Su futuro político parecía muy lúgubre el fin de semana. La mañana del domingo arrancó con una encuesta del «The Sunday Times» que aseguraba que el 48% de los británicos quieren que dimita y solo un 38% que continúe.

Acto seguido, el siguiente golpe. El exministro de Economía de Cameron, George Osborne, ahora director de un periódico, quien la detesta por haberlo echado del Gobierno, cargó contra ella con dureza casi cruel: «Es una muerta caminando. El único tema es saber cuánto tiempo va a permanecer en el corredor de la muerte. Creo que podía colapsar a mediados de la próxima semana».

Se ha destapado también que el pasado viernes cinco ministros pidieron al carismático y peculiar Boris Johnson, el tory más popular, portavoz de la campaña del Leave, que se alzase contra May. Johnson, que ambiciona el cargo de premier desde siempre pero que es muy largo, lo desmintió como «bobadas». Además filtró a una televisión un Whatsapp dirigido a diputados conservadores donde les pide «calmarse» y les dice que May es «una mujer de extraordinarias cualidades».

En el mensaje también llama a bajarle los humos al crecido líder laborista: «Debemos frenar el relato de que Corbyn ha ganado esto, cuando malamente lo hizo mejor que ‘Gordon inútil marrón’ cuando lo derrotamos en 2010», dice insultando al ex primer ministro laborista Brown.

Corbyn, a 64 escaños de la mayoría absoluta y con solo 262 frente a los 318 de los conservadores, sigue comportándose como si hubiese vencido. Haciendo lo que en la política española se llamaría «un Sánchez», proclama habiendo quedado de segundo que «todavía puedo ser primer ministro». La verdad es que los laboristas no alcanzarían los 326 escaños de la mayoría absoluta ni con el apoyo del SNP escocés, los liberales, verdes y nacionalistas galeses.

El veterano socialista anuncia que intentará tumbar a May el próximo día 19, en la sesión de investidura, el llamado Discurso de la Reina. Pero parece una bravata, toda vez que May probablemente cerrará mañana en Downing Street el acuerdo que le permitirá sostenerse, en una entrevista con Arlene Foster, la líder del DUP norirlandés.

En su remodelación, May ha sustituido en Justicia a Lizz Truss, por David Lidington, hasta ahora jefe de la bancada tory en los Comunes, cargo que ocupará la ministra de Medio Ambiente, Andrea Leadson. Y aquí llega la gran sorpresa: el nuevo ministro de Medio Ambiente, Agricultura y Alimentación será Michael Gove, de 49 años. Gove, que fue con Cameron responsable de Educación y Justicia, es tal vez el mejor cerebro en filas tories. Pero la manera en que apuñaló a Boris el año pasado marcó época incluso en los cenagales de Westminster. Le prometió apoyarlo para ser líder tory, pero lo dejó tirado solo una hora antes de que el rubio saliese a dar cuenta de su candidatura, presentándose él mismo como aspirante. Resultará ameno ver a dos enemigos tan enconados de nuevo en la misma mesa y bajo la mirada ojerosa de la frágil May.

El nuevo hombre fuerte del Gobierno, que recibe atribuciones equiparables a un vice primer ministro, es Damian Green, que hizo una intensa campaña por la permanencia en la UE y en teoría supone que May virará a un Brexit más suave y pragmático. Green es uno de sus pocos amigos y se conocen desde que estudiaron juntos en Oxford. El cargo formal de Green será el de Primer Secretario y ministro de la Oficina del Gabinete. Pero se cree que incluso podría sustituir a la primera ministra en algunas sesiones de control en los Comunes.

Philip Hammond, el moderado ministro de Economía, que venía reclamando si éxito un acceso al mercado único grande y no limitar mucho la inmigración, parecía carne de cañón. Los brexiteros tories lo detestaban y si May hubiese obtenido la mayoría absoluta con la que soñó seguramente lo habría relevado. Ahora las tornas han cambiado y ha sido ratificado. A cambio de apoyarla, Hammond ha exigido a May un Brexit más pragmático, que pongan por delante «los trabajos y las empresas» y no el control de la inmigración, como decía ella hasta ahora.

¿Servirá todo este cambalache para salvar a medio plazo a la ex líder «fuerte y estable»? Eso no lo sabe ni ella.

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