Bozkir y Schulz ayer en la rueda de prensa en Estrasburgo
Bozkir y Schulz ayer en la rueda de prensa en Estrasburgo - AFP

La UE no eximirá de visado a los turcos tras el giro de Erdogan

El líder islamista se niega a reformar su ley antiterrorista como le exige Bruselas

ENVIADO ESPECIAL A ESTRASBURGO Actualizado: Guardar
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El acuerdo suscrito entre la UE y Turquía el 18 de marzo para la gestión de los refugiados sirios está en el alero. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aseguró ayer que no podrá concederse la exención de visado a los turcos –una de las principales exigencias de Ankara–, si el Gobierno de este país no reforma antes su legislación antiterrorista. Lo que_el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, ha dejado claro que no hará pese a las anteriores promesas del exprimer ministro, Ahmet Davutoglu, recientemente dimitido. El acuerdo con Turquía es la pieza clave para contener la avalancha de demandantes de asilo sirios que la UE no ha podido gestionar con sus propios medios.

Turquía y la UE debían haber mantenido una reunión de alto nivel para revisar sus relaciones pero fue anulada la semana pasada, oficialmente de mutuo acuerdo, para no ahondar en estas diferencias.

El ministro de Asuntos Europeos de Turquía, Volkan Bozkir, se reunió el miércoles en Estrasburgo con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, poco antes de que los eurodiputados celebrasen un debate en el pleno en el que todos los partidos rechazaron la idea de anticipar la aprobación de la supresión del visado mientras la Comisión no constate que Turquía ha cumplido con todos y cada uno de los 72 criterios. Bozkir intentó sin éxito que el Parlamento diera por buenas las intenciones de Turquía apoyándose en el hecho de que el país afronta una amenaza terrorista por parte de los independentistas kurdos.

El debate sobre los visados para entrar en Europa y la legislación antiterrorista han sido importantes factores en la dimisión del primer ministro turco Ahmed Davutoglu, al que se atribuyen posiciones más cercanas a las de la Comisión que a las del propio presidente turco, Tayip Erdogan, que había amenazado con dejar de aplicar el acuerdo si la UE no le otorgase la exención de visados antes del primero de julio. El martes el jefe del Estado turco había dicho públicamente que no tenía ninguna intención de acceder a las peticiones de la Comisión: «nos reclaman 72 criterios y hemos cumplido casi todos. Ahora quedan cinco y uno de ellos es terrible, se trata de cambiar la ley antiterrorista. ¿Desde cuándo se ha visto que Turquía recibe órdenes? Eso no va a suceder».

El dinero en juego

La reacción de Juncker ayer, arrojando la responsabilidad a las espaldas del presidente turco por no acceder a limitar el ámbito de aplicación de la ley antiterrorista, que actualmente puede aplicarse hasta a los periodistas, confirma que la confrontación se va definiendo en torno a la figura del presidente. «Si Erdogan decide negar a los ciudadanos el derecho de viajar libremente por Europa, entonces debería explicárselo. No será mi problema, sino el suyo», dijo ayer Juncker en una rueda de prensa en Berlin, junto a la canciller Angela Merkel, que es la principal defensora del acuerdo con Turquía.

Después de reunirse con Schulz, Bozkir había abierto la posibilidad de que la UE se muestre más flexible en otros capítulos del acuerdo, como la entrega de dinero (hasta 6.000 millones) para financiar los campos de refugiados, o en la apertura de otros capítulos de las negociaciones de adhesión.

La Comisión Europea reiteró ayer su confianza en que el acuerdo con Turquía se mantendrá y que no pretenden «contribuir a ninguna retórica de la confrontación» al respecto. «Hemos repetido muchas veces que esto es un contrato de confianza mutua, que requiere acción de ambas partes» y la Comisión tiene la «obligación institucional de trabajar para que se cumpla».

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