Michel Barnier celebra la «claridad» de la propuesta de May

«Acojo con satisfacción el discurso de la primera ministra Theresa May», dijo el francés en su cuenta de Twitter

El negociador jefe de la Unión Europea, Michel Barnier AFP

ENRIQUE SERBETO

Michel Barnier, el negociador jefe de la Unión Europea, celebró la «claridad» que pudo apreciar en el contenido del discurso de la primera ministra británica, Theresa May, sobre sus aspiraciones para una relación futura con el club comunitario. La verdad es que desde el punto de vista continental, el discurso de May aún deja muchas incógnitas sobre la mesa y pospone la definición de asuntos clave como el futuro de la industria financiera , pero al menos Barnier ya sabe con certeza que de ninguna manera el Reino Unido pretende seguir en el mercado único y la unión aduanera.

«Acojo con satisfacción el discurso de la primera ministra Theresa May», dijo el francés en su cuenta de Twitter minutos después de escucharlo. «La claridad sobre que el Reino Unido dejará el mercado único y la unión aduanera y sobre el reconocimiento de compromisos contribuirá a elaborar las guías del Consejo Europeo sobre el futuro acuerdo comercial».

Según lo adelantado por May, el modelo que prevé la primera ministra británica excluye de entrada los que se aplican a Noruega o Suiza . Incluso podría ser un nivel de menor integración que el que tiene Turquía. Eso circunscribe las posibilidades a un simple acuerdo de libre comercio como el que recientemente se ha firmado entre la Unión Europea y Canadá. Eso ayuda bastante al trabajo de Barnier, que está preparando precisamente el mandato negociador que los Veintisiete tienen que aprobar en el Consejo Europeo.

El sector financiero

Pero el discurso está lejos de suponer un avance mayúsculo en la definición final y podría convertirse en una especie de muñeca rusa en la que cada frase esconde otra nueva . Para los técnicos europeos todavía está por ver cuáles son los objetivos reales de los británicos en los sectores que, según May, serán negociados por partes. Para los europeos, está descartada la opción de permitir a los británicos que «picoteen» para asumir solo los sectores en los que les interesa mantener una cooperación como la actual mientras ignoren los que no les interesan.

La cuestión esencial para ambos sigue siendo el acomodo del sector financiero, que ahora tiene una importancia estratégica formidable en la economía británica y en la financiación de la economía europea en general, pero que jurídicamente no podrá seguir operando igual una vez que Gran Bretaña salga de la UE y del mercado único. Tampoco se aclara el asunto de la frontera irlandesa , que ya suscitó un intercambio de reproches cuando Barnier dijo que Irlanda del Norte podría seguir vinculada a la UE para evitar que vuelva a haber una aduana.

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