Merkel se volcará para que Alemania tenga «una voz fuerte en Europa»

Primeras declaraciones de la canciller tras el definitivo respaldo socialdemócrata a la Gran Coalición

Angela Merkel, durante su intervención en la sede de la CDU, en Berlín Reuters
Rosalía Sánchez

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No solo ha logrado ser la más votada por los alemanes , sino que además ha sido votada por el 66% de las bases socialdemócratas para ocupar la Cancillería de Berlín por cuarta vez consecutiva. Incluso una encuesta publicada este lunes por la Universidad de Colonia señala que Angela Merkel goza de mayor popularidad entre la comunidad turca de Alemania que el propio presidente del país del Bósforo, Recep Tayyip Erdogan , pero no es triunfalismo lo que respira hoy el equipo de la canciller alemana, sino prisa de la jefa por empezar a trabajar y dando prioridad a los asuntos internacionales.

«Me esforzaré al máximo para que el próximo gobierno trabaje por los ciudadanos de Alemania y para que el país tenga una voz fuerte en Europa, junto a Francia, ante retos globales como el comercio internacional», ha dicho en sus primeras declaraciones tras la definitiva arrancada de la gran coalición. «Es importante que el Gobierno comience a trabajar rápido y yo como posible canciller, que espero ser elegida, pondré todo mi empeño para que este gobierno trabaje bien para los ciudadanos de Alemania, pero también para Europa», ha señalado.

Respondía así a los mensajes de felicitación que han llegado desde diversos gobiernos y a la abierta satisfacción que ha expresado el francés Emmanuel Macron . «Oímos que se necesita Europa, que se necesita una voz fuerte de Alemania, junto a Francia y otros socios europeos ante, por ejemplo, en la guerra siria, en la competencia de China o las nuevas reglas en el comercio internacional», apuntaba, adoptando un papel de árbitro global dispuesto a pitar los goles de Donald Trump en el partido frente a Putin, pero también a sacar tarjeta al presidente estadounidense a la menor falta arancelaria. Todos los líderes políticos tienden a internacionalizar más su trabajo en cada legislatura en el poder, y Merkel va ya por la cuarta.

Con diez años más en el poder que la mayoría de sus rivales, su fluidez en inglés y ruso y cinco portadas en la revista «Time» como mujer más poderosa del mundo, no hay duda sobre el liderazgo global de Angela Merkel.

La crisis de los refugiados , que a escala nacional le ha proporcionado más de un dolor de cabeza, ha llevado a Alemania a trabajar estrechamente con los países de origen en programas de desarrollo económico y creación de empleo, lo que sin duda añade una relación extraordinaria con zonas del globo que no están presentes en el G8 y en el G20, donde por otra parte Merkel se ha consolidado como inspiradora y como mediadora entre los países miembros.

Mano a mano con Macron

En Europa desplegará todo su repertorio de recursos durante la presidencia alemana, en 2020, aunque desde el minuto cero está ya trabajando, mano a mano con Macron, en una estructura legal que puedan recortarse fondos europeos a los países incumplidores. Merkel ha comenzado a trabajar volviendo a los mismos papeles que dejó sobre la mesa para irse a hacer campaña electoral y repite las mismas frases que en la anterior legislatura: «Solidaridad y responsabilidad son las dos caras de una misma moneda».

La condicionalidad para la recepción de fondos europeos es una iniciativa alemana que Francia apoya por conveniencia. Berlín planteó que a los países que se nieguen acoger a refugiados se les corten las ayudas comunitarias y París no sólo asiente sino que además sugiere ampliar la condicionalidad a otras áreas como el respeto al Estado de derecho y la divergencia fiscal. «El presupuesto de la Unión Europea no debe servir para financiar estados que incumplen nuestros valores o hacen dumping fiscal», ha dicho sobre una condicionalidad que se podría introducir en el próximo paquete presupuestario, a aplicar después del 2020, un paso más en la Europa a imagen y semejanza de Merkel que seguirá desarrollándose durante esta legislatura. Los recortes en cohesión y sobre todo en política agrícola parecen inevitables, tal y como Merkel defendió en sus pasados cuatro años de gobierno.

En casa, la canciller ha dejado el partido en manos de su sucesora , Anegrett Kramp-Karrenbauen , a la que ha designado personalmente para evitar indeseados desacuerdos. Varios de los grandes Ministerios han quedado en manos de sus socios y sin embargo amigos socialdemócratas, con los que mantiene una relación de confianza y familiaridad después de haber gobernado ocho años juntos. Y Martin Schulz , el político que llegó de Bruselas, conocedor a fondo de los pasillos comunitarios y que se creía destinado a llevar las riendas de la política europea de Alemania, se ha quemado por el camino, por lo que quien estará personalmente al frente de la política europea, sin mucho más que hacer, por cierto, será Angela Merkel.

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