Desfile, ayer, en Washington antes de la investidura de Trump
Desfile, ayer, en Washington antes de la investidura de Trump - AFP

Más de 20 demócratas boicotearán la investidura de Donald Trump

Se anticipa así la gran brecha partidista que dominará la llegada del magnate al poder

CORRESPONSAL EN NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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El congresista demócrata John Lewis no se pierde una investidura desde 1987, cuando fue elegido por primera vez como miembro de la Cámara de Representantes en representación de Georgia, con independencia del signo ideológico del nuevo presidente. Este viernes será diferente. Lewis, como una veintena de demócratas, ha anunciado que no asistirá a la jura del cargo de Donald Trump. Lewis es en parte culpable de esa rebelión. Durante el fin de semana ha protagonizado una refriega con el magnate que ha enervado a parte de la bancada de su partido en la cámara baja estadounidense.

El viernes aseguró que no iría a la ceremonia del Capitolio porque no considera a Trump un presidente «legítimo» tras las revelaciones de las injerencias de Rusia en las elecciones

con el objetivo de favorecer al candidato republicano.

El presidente electo, para el que no hay pelea en la que no le guste participar, acudió a Twitter para atacar a Lewis, a quien le recomendó que dedicara «más tiempo a ayudar en su distrito, que está en una situación horrible» y le recriminó que solo se dedicaba a hablar «sin ninguna acción ni resultados». Poco después volvió a la carga desde la misma red social y dijo que el congresista debería «centrarse en las zonas pobres de las ciudades de EE.UU., llenas de crimen».

Icono de los derechos civiles

La reacción a las palabras de Trump no se hizo esperar. «Cuando insultas a John Lewis, insultas a EE.UU.», razonó la congresista demócrata neoyorquina Yvette Clarke. Otros compañeros hicieron lo mismo: Mark Takano, Judy Chu y Ted Lieu (California), Pramila Jayapal (Washington), Mark Pocan (Wisconsin) o Marcia Fudge (Ohio), justificaron su ausencia por la afrenta al político de Georgia.

Lewis es un icono de la defensa de los derechos civiles de la minoría negra, el único líder activista superviviente de los tiempos de Martin Luther King. Quizá el momento elegido por Trump para atacar a Lewis no fue el más apropiado, en medio del fin de semana en el que se conmemora el nacimiento de King y con protestas organizadas por las organizaciones herederas de los movimientos a favor de los derechos civiles de las minorías en los años 60.

Otros legisladores, sin embargo, justificaron el boicot a Trump por otras razones. Raúl Grijalva, representante de Arizona, dijo que era un «acto de resistencia frente a la falta de respeto mostrada por la próxima Administración a millones de estadounidenses». José Serrano, del distrito neoyorquino del Bronx, explicó que no puede «celebrar la investidura de un hombre que no tiene consideración por mis representados».

A lo largo de la semana, más legisladores podrían unirse al desprecio a Trump. Según aseguró una fuente demócrata a «Politico», en una reunión del grupo demócrata en la Cámara de Representantes se les preguntó cuántos de los 194 legisladores tenían previsto acudir a la investidura y solo la mitad levantó la mano.

La ausencia de demócratas en el Capitolio no parece que preocupe a Trump. Seguro que le incomoda mucho más la negativa de muchos artistas a participar en los fastos. Andrea Bocelli, Paul Anka o Jennifer Holliday han declinado la invitación y por ahora solo ha convencido a figuras de la música «country».

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