Maduro durante un mitin en Caracas el pasado 27 de agosto
Maduro durante un mitin en Caracas el pasado 27 de agosto - REUTERS

Maduro retrasa el revocatorio y dispara la tensión un día antes del 1-S

El presidente de Venezuela deshoja la margarita para ver si continúa en el poder después del 10 de enero mientras aumenta la represión y persecución contra sus adversarios

CORRESPONSAL EN CARACAS Actualizado: Guardar
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Nicolás Maduro vive acorralado. La oposición lo ha puesto contra las cuerdas del ring y amenaza con derrotarlo en la gran marcha de Caracas cuando cientos de miles de venezolanos tras recorrer miles de kilómetros están decididos a manifestarse en su contra en la ciudad capital este jueves y exigir la fecha del referéndum para revocar su mandato.

Pero todos los obstáculos y trabas que ha puesto el mandatario para impedir «la toma de Caracas» han aumentado la tensión sobre la marcha del 1 de septiembre, para la cual acudirán más de un millón de manifestantes, según los sondeos de la encuestadora Datincorp.

La épica que ha construido la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) sobre «la toma de Caracas» marca un hito, un antes y después del 1-S.

Por ello ha lanzado todas las presiones para torpedear la manifestación histórica de la oposición a la que se han unido los chavistas descontentos con su gestión.

Una de sus estrategias ha sido la de retrasar el proceso de su revocatorio, que en lugar de realizarse en cuatro meses como la que vivió su antecesor el fallecido presidente Hugo Chávez en el 2004, plantea hacerlo en más tiempo para que no pueda producirse este mismo año, como lo exige la MUD. Si se hiciera el 10 de enero de 2017 podría continuar en el poder con el vicepresidente, en este caso Aristóbulo Istúriz, hasta que termine su mandato en enero del 2019.

Por ello la rectora principal del Consejo Nacional Electoral, Socorro Hernández, adelantó en las vísperas de la marcha que se debería recoger el 20% de firmas por estado y no a nivel nacional, como lo exige la MUD.

La rectora del CNE, Socorro Hernández, confirmó que la recolección del 20% de firmas para convocar el Referendo Revocatorio del mandato presidencial de Nicolás Maduro será entre el 24 y el 30 de octubre. Hernández señaló que el CNE no ha definido el criterio para la recolección de 20%, pero cree probable que se aplique el mismo que se usó en la fase anterior cuando los solicitantes debieron lograr el apoyo del 1% del padrón electoral por cada uno de los estados del país.

Además, adelantó que el proceso de recolección durará 3 días, a razón de 7 horas por día, y que el número de máquinas a emplear se calculará con base en la norma. Ahí está el problema de la cuestión, la MUD ha pedido que se instalen unas 14.000 máquinas lectoras de las huellas dactilares en los centros electorales y que sea nacional y no regional. En la primera fase para recolectar el 1% de las firmas para activar el proceso plebiscitario el 14 de abril pasado el CNE solo dispuso 300 máquinas lectoras para entorpecer la consulta.

Según los especialistas, después de la recolección del 20% de las firmas, el CNE dispone de 15 días para revalidarlas (unas 4 millones de rúbricas) y luego un máximo de 90 días para convocar el referéndum que tiene que ser un voto más de 7,5 millones de votantes con un mínimo de 25% de participación. El juego de los 90 días máximos para convocar la consulta radica en la voluntad de las autoridades del CNE. Dos de sus 5 miembros van a ser reemplazados por vencimiento de cargo en noviembre por medio de un concurso abierto por el parlamento.

El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, fuerte candidato a la Presidencia de la República, fue claro al decir que en 30 días el CNE está en capacidad de organizar nuevas elecciones.

Tal vez los dos nuevos rectores influyan en las decisiones que deberán tomar sobre el cronograma del revocatorio de Maduro, es decir, si prolongan la consulta después o antes del 10 de enero de 2017. En otras palabras: está en sus manos la decisión de si hay o no cambio de gobierno.

Mientras Maduro se aferra a la política de la represión, el encarcelamiento de los opositores como Yon Goicochea y Daniel Ceballos, que forman parte de los 115 presos políticos, los ataques a los medios de comunicación como El Nacional y la prohibición de que la cadena árabe Al Jazeera pueda cubrir la marcha del jueves. Además, la prohibición se ha extendido a los vuelos privados y a grabar con los drones la manifestación para que no vean el volumen de gente, las escaramuzas contra los manifestantes que vienen marchando por tierra. También está previsto el bloqueo de internet, de los portales digitales y de las redes sociales.

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