Macron maniobra para aumentar su influencia en Europa

El presidente francés, Emmanuel Macron , tiene planes para Europa que chocan con los del Parlamento y la Comisión. La idea asentada en los hechos de que los partidos europeos propongan a los votantes un candidato a la presidencia de la Comisión es una condición irrenunciable para los eurodiputados y para los partidos políticos mayoritarios, populares y socialistas. El problema es que Macron carece de una familia política definida en Europa y su capacidad para intervenir en este caso es mínima. El francés quiere promover a cambio una lista europea de nuevo cuño, pero los obstáculos legales son insalvables a estas alturas del calendario.

Este es uno de los aspectos esenciales de la «reflexión» que van a llevar a cabo hoy los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete países que forman la UE, sin Gran Bretaña. Con su innegable influencia política, Macron ha logrado en unos cuantos meses sembrar las dudas sobre algo que desde las elecciones de 2014 parecía indiscutible: la nominación de «candidatos principales» («Spitzenkandidaten» en alemán) de cada partido, para que, como pasó entonces, los electores participen en la designación del presidente del Ejecutivo comunitario. Según los tratados, le corresponde al Consejo –a los presidentes de los países– designarlo «teniendo en cuenta el resultado de las elecciones», y al Parlamento ratificarlo por mayoría.

El actual presidente de la Comisión, el popular luxemburgués Jean-Claude Juncker, que dejará su puesto al final de esta legislatura el año que viene, ya ha pedido que los candidatos a sustituirle se postulen antes de final de año , para que los votantes europeos tengan tiempo de conocer sus ideas. Para el jefe del Ejecutivo comunitario ya no se puede renunciar a este mecanismo, sin causar una enorme decepción a la ciudadanía. «Hemos hablado de ello con Donald Tusk [el presidente del Consejo] y creemos que la experiencia de 2014 funcionó bien, lo que ha sorprendido a más de uno», dijo Juncker la semana pasada.

El Parlamento Europeo, que debe ratificar después el nombramiento, también ha advertido de que no dará su visto bueno a nadie que no haya sido presentado como candidato por los partidos europeos . Pero este lunes hubo una reunión de «sherpas» (funcionarios técnicos) de los países con los de la Comisión para preparar esta cumbre y se produjo un choque entre los argumentos de los respectivos servicios jurídicos. Para muchos países, ahora parapetados tras Macron, la expresión «teniendo en cuenta el resultado de las elecciones» no significa que la decisión les venga dada «automáticamente» –este promete ser el concepto clave en la discusión– por las urnas e insisten en que quieren «mantener la libertad de decisión del Consejo» porque el resultado de las elecciones puede ser intraducible.