Macron ofrece a Trump dureza con Irán para salvar el acuerdo nuclear

El líder galo descarta renegociarlo, pero propone que «sirva de base» para someter a Teherán, mientras el presidente de EE.UU. quiere uno nuevo

Trump sacude unas motas de la chaqueta de Macron antes de la foto oficial en la Casa Blanca REUTERS

MANUEL ERICE

El primer viaje de Estado a Washington del mandato Trump, que tiene al presidente francés, Emmanuel Macron, como protagonista e indiscutible ganador de imagen, va a servir para sellar una estrecha relación personal entre dos mandatarios con notables diferencias, y no sólo de edad. En una jornada en la que los gestos de sintonía entre ambos llegaron a reflejarse en imágenes casi idílicas, como besos a la francesa y manos entrecruzadas, Trump y Macron no despejaron las dudas sobre los grandes asuntos . Hay sintonía personal, pero puntos de vista demasiado alejados. El ofrecimiento del presidente galo de un endurecimiento de la política con Irán para salvar el acuerdo nuclear deja en el aire la decisión final del presidente estadounidense, que el 12 de mayo decidirá si rompe el pacto con Teherán suscrito en 2015 por toda la comunidad internacional. Pendiente de su entrevista con Merkel este viernes, la exigencia que Trump mantuvo ayer para una renegociación imposible hace pensar en que no variará su decisión de que Estados Unidos se descuelgue y condene a muerte el acuerdo.

Voluntarismo político

La oferta de Macron, muy voluntarista, despidió sin embargo un aroma de intentona a la desesperada para convencer a Trump del perjuicio de una ruptura. Su planteamiento inicial de endurecer la política con Irán mediante un nuevo acuerdo quedó desdibujado cuando los periodistas le inquirieron si eso suponía una enmienda al actual pacto nuclear. Fue entonces cuando el gobernante galo exhibió algo de confusión: «No estoy diciendo sustituir un acuerdo por otro», en un rechazo esperado a la demanda de Trump, sino que «el actual sirva de base para bloquear que Irán tenga cualquier posibilidad de desarrollar un arma nuclear». En su propuesta a su homólogo norteamericano, Macron desplegó todo su esfuerzo en «el interés compartido de impedir que Irán incremente su presencia y protagonismo en la región».

Pero Trump, pese a que ambos países comparten el objetivo final de someter a Teherán, no pareció ceder en su convicción sobre la inutilidad del acuerdo nuclear, que vence en 2025 . Más bien, eligió cargar contra el régimen de los ayatolás, en un lenguaje más cercano a la ruptura que a cualquier entendimiento: «Irán va a tener grandes problemas si prosigue por la vía del desarrollo nuclear. Y si elige amenazar a Estados Unidos, pagarán un precio sin precedentes, como pocos países han pagado».

El distanciamiento sobre Teherán tornó en cercanía en la visión de ambos dirigentes sobre Siria. Macron llegaba con el máximo interés de intentar que Trump se comprometiera a prolongar la presencia de las tropas estadounidenses el mayor tiempo posible. Pese a que el titular de la Casa Blanca repitió su interés en que la vuelta de los 2.000 soldados se produzca «relativamente pronto», reconoció que ambos países están comprometidos en que Irán no tenga una salida directa al Mediterráneo, lo que expresó mediante esta metáfora: «No queremos que tenga barra libre en la región». También matizó Trump su deseo de un retorno rápido de sus tropas cuando afirmó que Estados Unidos «pretende dejar allí una huella fuerte y duradera». Como cuando asumió que pese a que la victoria sobre Daesh está cada vez más cerca, y «casi se ha culminado la labor de eliminarlo de la región», aún está pendiente «el trabajo final».

Contra el terrorismo

Sin embargo, el presidente estadounidense volvió a reiterar su discurso antiintervencionista asegurando que su país «no ha recibido nada a cambio, a pesar de haber destinado las últimas décadas 7.000 billones de dólares ». Y añadió que los países de la zona con los que se ha hablado, «inmensamente ricos», en alusión a los del Golfo Pérsico, «van a pagar con dinero a partir de ahora».

Un compromiso militar sobre el terreno directamente vinculado a la lucha contra el terrorismo en ambos países es el asunto que terminó de identificar plenamente el mensaje de los dos presidentes: «Juntos lo derrotaremos», sentenció Macron. El mismo deseo firme que mostró Trump cuando aseguró que Estados Unidos y Francia «harán conjuntamente lo que haya que hacer para proteger a sus ciudadanos».

El presidente de Estados Unidos aprovechó la comparecencia de prensa en la Casa Blanca para alabar la ley de inmigración recientemente impulsada por Macron , generadora de mucha polémica en Francia. La nueva norma, que reduce los plazos para reclamar asilo, aumenta los periodos de detención, facilita las redadas policiales en centros de acogida y aumenta las penas por delitos migratorios, ha resultado impopular para el presidente francés. Y más desde que Donald Trump puso la ley como ejemplo y felicitó a Macron por su política, que a su vez es uno de los ejes de su gestión: «Tanto Estados Unidos como Francia estamos afrontando un reto los últimos tiempos: la inmigración descontrolada », resumió.

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