Miembros de la Cruz Roja, en Libia, recuperan cuerpos de inmigrantes ahogados en el Mediterráneo
Miembros de la Cruz Roja, en Libia, recuperan cuerpos de inmigrantes ahogados en el Mediterráneo - AFP

Italia plantea cerrar sus puertos a los barcos de las ONG con inmigrantes

En las últimas 48 horas han sido salvados del Mediterráneo 12.000 refugiados

CORRESPONSAL EN ROMA Actualizado: Guardar
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La emergencia de la inmigración en Italia ha creado «una situación insostenible», advierte con dramatismo el Gobierno italiano a la Unión Europea, planteándose la hipótesis de cerrar sus puertos a las naves de las ONG con inmigrantes . En las últimas 48 horas han desembarcado en los puertos italianos más de 12.000 inmigrantes que habían partido de las costas de Libia. En total han participado en las operaciones de salvamento 22 naves, muchas de ellas pertenecientes a organizaciones no gubernamentales, y otras formando parte de la misión europea Frontex. Este es el caso de la fragata Victoria de la Armada Española, que salvó en varias operaciones a 903 inmigrantes, desembarcados ayer el puerto de Cagliari (Cerdeña): 708 eran hombres, 69 menores y 126 mujeres, 6 de ellas embarazadas.

Desde enero hasta hoy han llegado a Italia más de 95.000 inmigrantes, un 15 % por 100 más que en el mismo periodo del año anterior, según fuentes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

«Europa es insensible y no es consciente de la emergencia; la situación es inmanejable», ha dicho Mattarella

Las voces de alarma que se han levantado en el país, ante esta nueva ola de inmigrantes, pocas veces se habían escuchado antes. El presidente de la República, Sergio Mattarella, siempre muy moderado en sus declaraciones, ha sido ahora especialmente duro y explícito contra la UE: «Europa es insensible y no es consciente de la emergencia; la situación es inmanejable», ha dicho Mattarella. Pero como hasta ahora este tipo de declaraciones suelen caer en el vacío, el gobierno italiano ha pasado a la acción, enviando un mensaje a Bruselas que suena a ultimátum: el gobierno de Paolo Gentiloni, de centro-izquierda, plantea la hipótesis de cerrar sus puertos a las embarcaciones extranjeras de las organizaciones no gubernamentales (ONG), que actúan con banderas de diversos países, acusadas en ocasiones en Italia de actuar como taxis de inmigrantes, una acusación que las ONG siempre rechazaron. Esta posibilidad de cerrar los puertos a las naves de las ONG fue planteada por el representante italiano ante la Comisión Europea, el embajador Maurizio Massari, al comisario para las migraciones, Dimitris Avramopulos. No tiene precedentes este paso formal. Y seguramente tampoco la dureza del mensaje que envía Italia a la Comisión: La situación es grave e insostenible y Europa no puede mirar hacia otro lado.

Un hecho significativo da la mejor fotografía de la crisis: el ministro del Interior, Marco Minniti, en viaje oficial a Washington, al conocer la emergencia inmigración, decidió anular esa visita y regresar a Roma cuando su avión volaba sobre Irlanda, porque reconoció que «la situación puede precipitar».

Otra fotografía del sentimiento de los italianos de preocupación por la inmigración se acaba de dar en las elecciones municipales del pasado domingo. Los analistas consideran que los votantes han castigado a los partidos de izquierda, los más favorables a la acogida de los inmigrantes.

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