El investigador Andy Hall, condenado por un delito de difamación contra una compañía frutera de Tailandia

Natural Fruit Company había demandado al activista en respuesta a un informe que incluía información sobre presuntas violaciones de los derechos laborales en una fábrica de la empresa

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El investigador británico Andy Hall ha sido condenado este martes en Tailandia por difamación y delitos informáticos tras contribuir a un informe que denunciaba los presuntos abusos laborales cometidos por una compañía frutera en el país asiático. La sentencia implica una pena de cuatro años de cárcel. Sin embargo, ésta es condicional. Por ello, si el activista no comete crimen alguno durante un periodo probatorio de dos años, no deberá cumplir la pena completa, evitando así su entrada en prisión.

En febrero de 2013, la compañía Natural Fruit Company, dedicada a la producción de conservas y zumo de piña, demandó por difamación al activista en respuesta a un informe de la organización finlandesa FinnWatch, que incluía información sobre presuntas violaciones de los derechos laborales en una fábrica en la provincia de Prachaub Kirikhan.

La compañía, cuya fuerza de trabajo en esta factoría se compone de forma mayoritaria de empleados inmigrantes, aseguraba que Hall dañó sus intereses por «difundir información falsa» a los medios de comunicación. A esta causa se añadió otra de delitos informáticos, para una posible pena total de hasta siete años de cárcel.

En la jornada previa al veredicto, Hall reconocía en conversación con ABC sentirse «confiado» en su absolución. «Es importante que la gente vea que puede denunciar los abusos y ser protegido por la ley», destacó.

El informe de FinnWatch se nutre de entrevistas con empleados de la fábrica de Prachaub Kirikhan donde se narran abusos graves contra los derechos laborales, como la confiscación de documentos o el uso de trabajo infantil.

«Estamos sorprendidos por el veredicto de hoy. El informe fue escrito y publicado por Finnwatch; Asumimos toda la responsabilidad por ello. Andy ha sido convertido en cabeza de turco con el fin de suprimir otras voces que denunciaron legítimamente en apoyo de los derechos de los trabajadores inmigrantes», aseguró Sonja Vartiala, director ejecutiva de Finnwatch.

La causa de Hall ha sido apoyada también por organizaciones como Human Rights Watch.

«Andy Hall coordinó importantes investigaciones sobre abusos de los derechos de los trabajadores en Tailandia y nunca debería haber sido procesado por sus acciones», destacaba Brad Adams, director para Asia de HRW.

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