El «hombre fuerte» de Putin en Chechenia, Kadirov, gana con el 97,5 por ciento

El controvertido líder de Chechenia, Ramzan Kadirov, obtuvo una victoria "a la caucasiana" con el 97,5 % de los votos en su primera elección como gobernador de esta república rusa, cargo que hasta ahora ostentaba por nombramiento. Así lo informó ayer el Comité Electoral de esa región tras el escrutinio del 24,6 % de las papeletas.

"Ya le hemos dicho a las repúblicas del Cáucaso que ganar con más del 90 % de los votos no está de moda", dijo en vísperas de las elecciones rusas la presidenta de la Comisión Electoral Central (CEC), Ela Pamfílova, una advertencia que en el caso de Chechenia cayó en saco roto.

Chechenia, que junto al resto del país también elegía el domingo el nuevo Parlamento ruso, también registró la participación más alta de toda Rusia, más del 83 % según datos aún no definitivos.

"Hay una alta participación en la república. Para nosotros es lo más importante", dijo Kadirov al acudir a votar el domingo acompañado de su madre, con la que llegó a bailar la tradicional "lezguinka".

Preguntado por si la participación llegaría al cien por cien, el líder chechén dijo que esta vez no sería posible "ya que en esta época de año muchos chechenos están de peregrinación en La Meca y Medina".

Kadírov, a punto de cumplir 40 años, concurrió por primera vez a unas elecciones regionales directas pese a que lleva en el poder desde 2007, cuando fue designado al cargo por el presidente ruso, Vladímir Putin. Las elecciones directas a gobernador, eliminadas por Putin en 2005, fueron recuperadas en 2011, tras las multitudinarias protestas populares que siguieron a las elecciones parlamentarias celebradas en octubre de ese año.

El polémico gobernante checheno ha sido acusado por la oposición rusa de estar implicado en el asesinato frente al Kremlin del líder opositor y exviceprimer ministro ruso Borís Nemtsov. También es acusado por la oposición y activistas de derechos humanos de estar detrás de la muerte hace diez años de la periodista de "Nóvaya Gazeta", Anna Politskóvskaya y de la activista chechena Natalia Estemírova (2009).