Guía para no perderse en la jornada electoral alemana

Todas las claves para entender unos comicios decisivos para el futuro de Europa

Vista de dos carteles electorales en los que aparecen la canciller alemana y líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Angela Merkel , y su rival, el aspirante socialdemócrata, Martin Schulz EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

Lo primero que necesitamos para situarnos en la jornada electoral alemana es mirar el pronóstico del tiempo . No es broma, y seguramente es lo que hará la mayoría de los alrededor de 62 millones de alemanes llamados a las urnas. El tiempo termina determinando el cierta medida la participación, que ese año será decisiva. El hecho de que Merkel vuelva a ser la más votada en las encuestas con mucha diferencia, llevará a muchos votantes a pensar que ya está todo decidido y quizá no acudan a votar. Y cuanto más baja sea la participación mayor será la diferencia proporcional que obtenga la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD), cuyos votantes sí están lo suficientemente motivados para darse el paseo hasta el colegio electoral, a pesar de las lluvias que se anuncian en buena parte del país. Esta es la relación que guarda el índice de paraguas con la radicalización de las urnas alemanas. La participación en 2013 fue del 71,5%. El porcentaje ha disminuido progresivamente desde 1998, cuando el 82,2% o de los votantes fueron a las urnas. El récord de participación se estableció en 1978, el 91,1%.

Lo siguiente a tener en cuenta son los horarios . Las mesas electorales abren a las ocho de la mañana y cierran a las seis de la tarde. A esa hora tendremos ya los primeros resultados de sondeos a pie de urna y a eso de las ocho podremos contar con un alto porcentaje del recuento de voto real. A partir de esa hora, llega sin duda el momento más interesante de la jornada, puesto que esa es la franja de televisión en la que las grandes cadenas emiten la denominada Elefanten Runde (Ronda de los elefantes), que es como se denomina a un tradicional debate en directo en el que participan, juntos en torno a una misma mesa, los candidatos de los partidos más votados, para hacer cada uno su valoración de los resultados y ponerla en común. Es en torno a esa mesa donde se realizan los primeros guiños de formación de coaliciones de gobierno y los alemanes se van a la cama con la tranquilidad de que la nueva legislatura está ya prácticamente en marcha.

Este año, el periodo de tiempo que va entre el cierre de las urnas y el anuncio de los resultados definitivos estará sometido a un especial control por parte de las autoridades. Después de los ciberataques sufridos en EE.UU. y Francia, y de que un grupo de investigadores haya comprobado ciertas fallas de seguridad en el software de recuento alemán, el Tribunal Constitucional ha obligado a revisar el proceso de tabulación y transmisión de datos electorales. Chaos Computer Club halló la forma de entrar en el programa y tras un análisis diagnosticó que «muestra una serie de problemas de seguridad y múltiples escenarios de ataque practicables. Algunos de estos escenarios permiten el cambio de los totales de votos a través de los límites de distritos electorales y estados». «El mecanismo de actualización de PC-Wahl tiene una falla que permite comprometerlo con apenas un clic», dijeron, despertando múltiples miedos y teorías sobre hackers rusos. Todo eso ha sido reparado, al parecer, pero el proceso será especialmente seguido y comprobado en esta edición.

En todo caso, habrá que sospechar algo si los resultados se muestran muy diferentes a las encuestas , porque en Alemania suelen ser especialmente fiables. En las dos últimas elecciones (2009 y 2013), los dos institutos más confiables (Allensbach y Emnid) pronosticaron el resultado con una diferencia de entre un 1% y un 2%. En esta edición prevén un 38,8% para la CDU de Merkel, un 24% para Martin Schulz, del SPD, un 9% para los liberales del FDP, un 8,5% para Die Linke (La Izquierda), y entre un 8 y un 10% para el partido populista de extrema derecha AfD, además del 7,3% para los Verdes y 4,5% para los demás partidos.

Todo estos partidos han hecho un esfuerzo especial durante la campaña por hacerse con los votos de los 3 millones de nuevos votantes . Eso de que los jóvenes votan más a la izquierda ha pasado a ser un mito obsoleto y, al menos en Alemania, se los reparten los ecopacifistas y la CDU con la misma propiedad o más que el SPD. Pero hay un alto porcentaje de ellos entre ese 26% de indecisos de última hora, que reconocen en los sondeos que decidirán su voto camino al colegio electoral, y que pueden terminar siendo decisivos.

Por último, es aconsejable escribir en el navegador estas direcciones para no perderse las celebraciones de la noche electoral. La Casa Konrad Adenauer, en Tiergarten, tiene ya encargadas las botellas de champán. Algo menos de fiesta se espera en la Casa Willy Brandt, donde más bien podemos esperar un espectáculo de lanzamiento de cuchillos. Y en el caso de AfD, solo se entra con exclusiva invitación nominal a la celebración prevista en la Schillstraße.

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