El grito de los manifestantes contra las armas: «No me disparen. Intento estudiar»

Testimonios de algunos de los cientos de miles de participantes en las marchas a favor de una mayor protección en los institutos y escuelas de Estados Unidos

Vídeo: Estados Unidos clama contra las armas: «Espero que mi hija no vea morir a sus compañeros de clase» / Foto: Manifestantes para exigir mayor control de las armas de fuego, este sábado en Washington Javier Ansorena/ABC Mulltimedia
Javier Ansorena

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Un sentimiento de exaltación se apoderó de los cientos de miles de manifestantes que tomaron Washington este sábado para exigir un mayor control de las armas de fuego en Estados Unidos . Un sueño todavía en este país. Sus testimonios se sumaron a las pancartas que, en primera fila de la marcha, resumían el sentimiento general con una perentoria reclamación: más protección en los institutos y escuelas de América . Estos son algunos de los testimonios de los participantes en la protesta.

«Urnas para cambiar las cosas»

Los grandes protagonistas de la Marcha por Nuestras Vidas del movimiento #NeverAgain («Nunca más») son los adolescentes . Lo iniciaron los alumnos del instituto Stoneman Douglas de Parkland (Florida), el escenario de la última gran tragedia con armas de fuego en EE.UU., y ha prendido en jóvenes de todo el país. Jacqueline Nguyen asegura que la movilización les da una sensación «de empoderamiento, de sentido de comunidad, de que se pueden cambiar las cosas». Está junto a Annette Prah y ambas han venido desde el vecino estado de Virginia. Se consideran «la generación que ha crecido con esto y que lo va a cambiar». Explican que estaban en preescolar cuando sucedió la matanza de Virginia Tech , en primaria el año de la de Sandy Hook y cerca de acabar el instituto con la de Parkland. «Dentro de poco estaremos en las urnas para cambiar las cosas», dice Prah muy cerca de la puerta del hotel Trump International.

Un par de bloques en dirección hacia el Capitolio, Pia Tiimob y Stephanie Helpern están subidas a un macetero y levantan con las manos sus carteles. «Nos aseguraremos de elegir a representantes que quieran hacer de este país un lugar más seguro», apunta Helpern. «Estamos listas para promover cambios», añade Tiimob.

«No divide tanto como se piensa»

Jill Collins y Sean Doran -un matrimonio de abogados- saben lo que es la fuerza del «lobby» de las armas. Viven en Virgina, a quince minutos de la sede de la Asociación Nacional del Rifle (NRA , en sus siglas en inglés). En su propio estado se han conseguido avances en la regulación del acceso a las armas: «Si se ha hecho en casa de la NRA, ¿cómo no va a ser posible en el resto del país?», se pregunta Jill. Esta pareja ha acudido a la marcha con su niña, como muchas otras familias. «Habrá cambio, estoy seguro, aunque tardará años» , dice Sean, con su pequeña en brazos. Para su esposa, el debate sobre la regulación del acceso a las armas no es tan divisivo como se piensa: «Las encuestas dejan claro que la gran mayoría de la gente está a favor de prohibir las armas de asalto y de expandir los controles sobre quién puede comprar un arma, también entre los republicanos». Para ella, el problema solo divide a los políticos, «que no quieren despedirse del dinero de la NRA».

«Con la sensación de que te puede pasar a ti»

Sofía de la Puente J. Ansorena

Sofía de la Puente es española, pero ha vivido de lleno el debate sobre el control de las armas en EE.UU. Esta vallisoletana de 16 años es estudiante de intercambio en un instituto de Colorado . «Tenemos simulacros de ataques todos los meses. Cierran las puertas, tapan los cristales, nos arrodillamos en una esquina de la clase o nos refugiamos en el cuarto de los balones si estamos en clase de educación física», explica. Le sorprende la cantidad de compañeros que están en contra de que se limite el acceso a las armas: «El otro día hubo una manifestación en el instituto y muchos compañeros fueron con camisetas de la NRA. La mayoría de mi clase está a favor de que se arme a los profesores» .

«La solución es menos armas, no más»

«Es ridículo, es absurdo», protesta Susie Salinas , una empresaria de Maryland de 45 años, por el bloque político a cambios como la prohibición de las armas de asalto o por la propuesta de Donald Trump de armas a los profesores. «La solución es menos armas, no más», dice junto a sus dos hijos, estudiantes de primaria.

«Hay que ser combativo para ganar seguridad»

Matthew Litourneau reparte carteles en medio de la avenida Pensilvania. Para este estudiante de la Universidad George Mason, «hay que ser combativo en el debate de la regulación de las armas para que ganemos en seguridad». En su opinión, debe ser un esfuerzo común en todo el país y hay que mostrar con el voto «que esto nos importa» .

«Lo que ocurrió en Australia, no pasará aquí»

«Crecí a viente minutos del instituto de Parkland», asegura Michael Stechschulte , de 26 años, estudiante de Derecho, como muestra de que la tragedia del tiroteo le puede tocar a cualquiera . «El cambio total es imposible por desgracia», asegura. «Lo que ocurrió en Australia -el endurecimiento radical del acceso a las armas tras una tragedia- no pasará aquí».

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