Funcionarios e inmigrantes jurarán los valores democráticos británicos

El Gobierno británico estudia imponer un juramento obligatorio de los valores británicos, al que tendrán que someterse todos los funcionarios y cargos públicos, además de los inmigrantes que lleguen a vivir al país. El objetivo de la medida, que se concretará la próxima primavera, es atajar el radicalismo entre ciertas minorías, especialmente la musulmana, con 2,3 millones de personas en el Reino Unido. La oposición laborista ha acogido la propuesta con escepticismo, aseguran que no tienen nada contra ella, pero vaticinan que no servirá para atajar el extremismo.

Como valores básicos británicos se citan «la democracia y sus procesos, la igualdad de todos los ciudadanos y la libertad de expresión», principios que en realidad comparten todos los grandes países europeos, incluida España.

El juramento, que se leería en voz alta, incluiría al profesorado, a los empleados de los ayuntamientos e incluso al personal de la sanidad pública y la BBC.

La iniciativa ha sido presentada con un artículo en el periódico dominical «The Sunday Times», lo que muestra la influencia que conserva la prensa escrita, firmado por Sajid Javid, ministro para las Comunidades, encargado de las diversas minorías. En su texto señala de una manera muy gráfica que cumplir con la legalidad es un principio inexcusable en una democracia: «Hay que respetar las leyes, incluso si piensas que son como el culo. Porque si no estás de acuerdo puedes cambiarlas».

El Gobierno asegura que está demostrado que el comportamiento de los cargos públicos y funcionarios influye en el resto de la sociedad. Justifica el valor del juramento por su ejemplaridad: «Si vamos a atajar esas actitudes [radicales y ajenas a los valores británicos] los líderes cívicos y los políticos tenemos que dar ejemplo».

Inglés para inmigrantes

También se invertirá más dinero en enseñar inglés a los inmigrantes. El ministro Javid, hijo de un conductor de autobús paquistaní, recuerda que a los ocho años tuvo que ir al médico con su madre para hacerle de traductor en una consulta del Gran Manchester, donde vivían.