Marine Le Pen (en el centro) ofrece un discurso para conmemorar el día del trabajo en París
Marine Le Pen (en el centro) ofrece un discurso para conmemorar el día del trabajo en París - EFE

El Frente Nacional gana puntos a pesar de los escándalos

Marine Le Pen se presenta como la víctima de una «persecución política»

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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Un escándalo «cuesta» a François Fillon una pérdida de 12 puntos en las intenciones de voto en la primera vuelta de la elección presidencial. Tres escándalos no menos graves permiten a Marine Le Pen ganar cuatro puntos en intención de voto. Se trata de la paradoja trágica de la campaña presidencial francesa.

El «Penelopegate», el escándalo de los 900.000 euros cobrados por Penelope Fillon por su presunto empleo ficticio como asistenta parlamentaria de su esposo, está dinamitando la campaña del candidato conservador a la presidencia de la República.

Sobre Marine Le Pen y su partido, el Frente Nacional (extrema derecha), pesan sospechas de corrupción mucho más graves. Pero su campaña personal, denunciando la «persecución política», se confirma muy eficaz.

El Parlamento Europeo (PE) sospecha que Jean-Marie Le Pen, su hija y otros dirigentes de extrema derecha se han beneficiado de los presuntos empleos ficticios ofrecidos a sus colaboradores políticos, pagados con dinero europeo.

Financiación ilegal

La Justicia francesa cree que todas las campañas electorales de Marine Le Pen, desde 2011, han sido financiadas ilegalmente. Una docena de colaboradores de la dirigente de extrema derecha han sido inculpados oficialmente. Y sospecha, igualmente, que Marine Le Pen se ha beneficiado de la financiación ilegal de una empresa próxima a su partido, dedicada a «organizar» la financiación ilegal de las actividades de la extrema derecha. Varias personas han sido inculpadas. En vano.

En campaña, Marine Le Pen reclama la «tolerancia cero» contra la delincuencia, común y financiera, pidiendo más medios para la policía y la Justicia. Sin embargo, cuando esa misma Justicia desea interrogarla, ella se niega a comparecer ante la policía judicial, considerándose víctima de una «campaña política». Sus electores la siguen: la dirigente de la extrema derecha ha ganado varios puntos en popularidad, durante estas últimas semanas.

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