François Fillon, tras reconocer su derrota en la sede de su campaña, este domingo en París
François Fillon, tras reconocer su derrota en la sede de su campaña, este domingo en París - Reuters

François Fillon, destronado por la corrupción y la ultraderecha

No surtió efecto la decisión de acudir a votar sin su mujer, protagonista del escándalo de los empleos ficticios

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En un esfuerzo casi póstumo por apartar de su candidatura cualquier indicio de corrupción que ha manchado a otros tantos políticos en la V República, François Fillon acudió este domingo a votar sin su mujer, Penélope, protagonista del escándalo que ha sido decisivo en su derrota en la primera vuelta. El político conservador asumió su responsabilidad y dijo que «la derrota es por mí, solo por mí». Al mismo tiempo, pidió el voto para Emmanuel Macron en la segunda vuelta: «El Frente Nacional tiene una historia conocida por su intolerancia. Podría sumir a Francia en el caos al tratar de sacar al país de la UE. Por ello votaré contra la extrema derecha y apoyaré a Macron».

El matrimonio Fillon está imputado en un caso conocido como el de «los empleos ficticios», que aunque no es ilegal, ha minado la imagen del líder de Los Republicanos.

«Cosa bastante extraña e imprevista, de Fillon no se tenía en cuenta tanto su programa como que tenía fama de caballero, de hombre educado, formal y honesto que vivía conforme a sus principios. Pero cuando se descubrió de repente por una información periodística que era un hombre corriente, que tenía un caso que parece corrupción, ya no era distinto al resto, y perdió», concluye el filósofo Grimaldi, que este domingo votó por Fillon «por su experiencia de gobierno y su programa realista».

El líder conservador y «euroescéptico razonable» se acercaba más a la defensa de Putin que a la actual UE

En la recta final de la campaña, Fillon se dirigió especialmente al electorado de derechas y la lucha contra el «totalitarismo islámico», enraizada en su discurso desde las primarias republicanas y que da nombre a uno de sus libros.

Dorothée, enfermera de 28 años, vive al oeste de París, una zona que ha votado en su mayoría a candidatos conservadores en las últimas elecciones. Siempre votó a los candidatos de la extinta Unión por un Movimiento Popular (UMP), embrión de Los Republicanos. Esta vez, en cambio, ha votado a Macron. «Fillon nos devolvería a la Francia de los años 50 y 60», dice criticando sus «arcaicas» posiciones en temas como el matrimonio homosexual o sus palabras incendiarias contra el islam.

El más liberal

Para «Le Figaro», Fillon era el más liberal de todos los candidatos, con su apuesta por la privatización de empresas públicas y reducción de funcionarios para frenar la «decadencia infinita» de su país. Como Mélenchon y Le Pen, el líder conservador y «euroescéptico razonable» se acercaba más a la defensa de Putin que a la actual UE.

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