La sede del Parlamento autónomo de Stormont, en Belfast, han sido el escenario de intensas negociaciones
La sede del Parlamento autónomo de Stormont, en Belfast, han sido el escenario de intensas negociaciones - Reuters

Fracasan las negociaciones para la formación del gobierno en Irlanda del Norte

Londres podría convocar elecciones de nuevo o ganar tiempo para buscar un acuerdo

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Las negociaciones para formar Gobierno en Irlanda del Norte han quedado rotas a solo unas horas para que expire el plazo dado por Londres para alcanzarlo, que concluye a las cuatro de la tarde de este lunes (cinco en España). Los acuerdos de paz del Viernes Santo de 1998, que pusieron fin al sangriento conflicto norirlandés, obligan a que el ejecutivo local esté formado por una coalición de unionistas y republicanos. Pero el partido nacionalista Sinn Féin se levantó el domingo de las negociaciones con el unionista DUP, celebradas en el castillo de Stormont, sede del Gobierno.

El Gobierno británico tiene ahora dos opciones: convocar unas nuevas elecciones anticipadas, aunque se acaban de celebrar unas el pasado 2 de marzo, o ganar tiempo de algún modo para intentar que los dos partidos antagonistas alcancen un acuerdo.

Mientras tanto, los funcionarios se harán cargo de que siga funcionando la maquinaria gubernamental.

Las elecciones anticipadas de comienzos de este mes se celebraron tras la dimisión en enero del vice primer ministro republicano, Martin McGuiness, un antiguo terrorista reconvertido en hombre de paz, muy enfermo y fallecido hace dos semanas con 66 años. McGuiness dejó el ejecutivo en protesta por un caso de primas en las energías renovables que a su juicio implicaba a la primera ministra, Arlene Foster, de DUP. Foster se resistía a una comisión de investigación del escándalo conocido como «ash for cash», dinero por cenizas. En los comicios, los nacionalistas, liderados ahora allí por Michelle O’Neill, aunque quien manda de verdad es el veterano Gerry Adams, obtuvieron un excelente resultado y el Sinn Féin pasó de estar a diez escaños de DUP a quedarse a solo uno.

En las fallidas negociaciones, DUP ha acusado al Sinn Féin de hacer juegos políticos a riesgo de dañar la estabilidad de Irlanda del Norte. Por su parte los republicanos advierten que nada volverá a ser como antes: «DUP vive en el paraíso de los locos si cree que puede volver sin más al Gobierno».

Michelle O’Neill, la nueva líder de Sinn Féin en Irlanda del Norte, remarca que no admitirá un Gobierno con Foster de primera ministra. Pero quien mueve los hilos del nacionalismo, Gerry Adams, ha matizado que lo importante es alcanzar un acuerdo global y que luego se hablará de Foster.

El escollo de los años de terrorismo

Los temas que en realidad separan a los dos partidos son la revisión de los años de violencia en el Ulster, conocidos eufemísticamente como la etapa de «Los Problemas», y el reconocimiento del gaélico. DUP acusa al Sinn Féin de hacer hincapié en los daños cometidos por el Ejército británico, en lugar de en los de los paramilitares de ambos bandos, que según las cifras causaron la mayoría de las muertes.

En el caso del gaélico, como tantas veces el nacionalismo quiere imponer por motivos ideológicos una lengua que en realidad casi no se utiliza allí. De los 1,8 millones de habitantes que tiene Irlanda del Norte, solo 4.130 (0,2% de la población) emplean el irlandés como primer idioma de uso diario. El número de quienes son capaces de hablar algo en él se queda en un 6,5%.

Hoy estaba prevista una sesión parlamentaria para formar el nuevo Gobierno. Pero a la vista de la ruptura de las conversaciones se cree que se aplazará.

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