La Fiscalía turca ordena detener a 133 funcionarios por la intentona golpista de 2016

También ha sido arrestado un empleado del consulado de EE.UU. en Estambul acusado de golpismo

Policías turcos escoltan a un hombre acusado de intentar matar al presidente turco, Recep Tayyip Ergodan, en el golpe del 15 de julio de 2016 Afp

ABC.ES

El Gobierno turco no cesa la purga tras el fallido golpe militar del 15 de julio de 2016 y este jueves la Fiscalía de Ankara ordenó la detención de otros 133 funcionarios por su presunta vinculación con la intentona, según informó la agencia semipública Anadolu. La Policía comenzó una operación en once localidades de la provincia de Ankara para arrestar a 101 funcionarios del Ministerio de Finanzas y 32 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Solo cuatro de los funcionarios aún trabajaban en dichos ministerios, el resto habían sido ya despedidos mediante decreto emitido bajo el estado de emergencia, por su presunta vinculación con el fallido golpe, informan Efe y Reuters.

La mayoría de los sospechosos están acusados de usar ByLock , una aplicación móvil cifrada que presuntamente usaban los seguidores del clérigo islamista Fetula Gulen , a quién Ankara responsabiliza de la asonada. El clérigo, exiliado en EE.UU. desde 1999, ha negado su implicación.En enero pasado, la Fiscalía de Estambul aseguró haber identificado a unos 215.000 usuarios de ByLock, todos sospechosos de ser miembros o simpatizantes de la red gulenista.

La Policía turca ha detenido además a un empleado del Consulado General de Estados Unidos en Estambul, por su presunta relación con el fallido golpe de Estado de julio de 2016, según informa este jueves el diario pro-gubernamental Sabah. El detenido es un ciudadano de nacionalidad turca, identificado como Metin Topuz, que fue arrestado el sábado pasado y trasladado a prisión preventiva el miércoles. Topuz está acusado de presuntos vínculos con exresponsables de la Policía turca, relacionados con el grupo de Gulen.

Desde el fallido golpe de Estado, más de 50.000 personas han sido arrestadas por supuesto vínculos con el clérigo Gulen y otras 150.000 han sido cesadas o suspendidas de sus funciones en el sector público y privado. Grupos defensores de los derechos humanos y algunos países occidentales han criticado a las autoridades turcas por la purga puesta en marcha tras la asonada castrense. El Ejecutivo defiende su actuación y sostiene que es necesaria para neutralizar la red de seguidores de Gulen, que lidera un movimiento conocido como Hizmet y al que el Gobierno sitúa como impulsor del golpe de Estado desde diversos sectores.

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